Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Primero del mes Nefando del calendario Rajoyano. Pero concrete Vd. los términos de su opinión.
ResponderEliminarPues la verdad es cualquier cosa que dijera se iba a quedar corta. Nos cargamos la cultura que estaba bajo mínimos con el IVA del 21%. Con la subida general, pues ya ve usted. Pero lo que me pone realmente triste es que ciertos derechos que hacían de este un país no tan malo del todo, como sobre todo la atención sanitaria a las personas (por encima de su nacionalidad y documentos), se vayan al traste. Detrás de esto último hay, creo yo, mucho más de ideología que de economía. No creo, sinceramente, que se vaya a salir de la crisis así.
ResponderEliminarYo tengo fe en que de la crisis no se va a salir así, ni posiblemente de otra manera. Pero voy a lo de la atención sanitaria, y ahí me aprece el dilema: o el gobierno intenta colar un concepto nazistoide (por la mezcla aviesa de biología y política), o de alguna manera se echan atrás, y lo que dicen en la ley lo incumplen de hecho y lo consienten (lo cual será una hipocresía muy católica, que no es que esté mal pero tampoco sé a dónde lleva). Lo que sí me parece una barbaridad es aparentar (no puede ser otra cosa) vía legal que los enfermos infecciosos (VIH, hepatitis, etc.) o los esquizofrénicos busquen los medios de pagar su atención sanitaria. Lo dicho: o que el inmigrante se muera, si se tiene que morir porque no salen las cuentas, o incumplimos la ley y atendemos más o menos vergonzantemente. A mí todo esto me parece demencial, pero no soy demócrata cristiano ni católico practicante. Porque éstos, si votan al partido y tienen conciencia, deben tenerla bastante revuelta.
ResponderEliminar