Ir al contenido principal

Objeto transicional

Me he comprado un piano. Apenas lo he pensado. He pasado por la tienda, he probado algunos y me he decidido enseguida. Ya está en el salón, y suena de maravilla. Probablemente no es lo que mejor le viene a la economía familiar en estos momentos. Pero por alguna razón no he podido resistirme. Necesitaba algún entretenimiento más allá de los libros y las palabras. Un objeto transicional, que dirían los psicólogos kleinianos, algo para paliar la pérdida. Quizá esto no sea más que una excusa, pero el caso es que, desde que tengo el piano en casa, parece que llevo mejor la ausencia de mi madre.

Siempre he soñado con tener un piano. Era una de las ilusiones de mi adolescencia. Pero siempre lo iba dejando para más adelante. Había otras cosas más necesarias. Ahora, después de lo que ha sucedido, he tomado consciencia de que las cosas que dejamos para más adelante pueden verse truncadas por un millón de cosas, entre ellas la propia muerte. Así que he decidido comenzar a llevar a la realidad algunos de mis planes de futuro. Vivir pensando en el presente, y no tanto en ese futuro que nunca se acaba de realizar. Eso no significa un Carpe diem radical, sino, más bien, sentido común: vivir y gozar de las cosas que nos da la vida, aprovechando cada instante, cada momento. No dejar nada para más adelante. Poner todos los planes en marcha. Eso es lo único que nos queda.

Como ejemplo, estas vacaciones desconectaré los teléfonos y me dispondré a tocar el piano por puro placer. La vida se escapa por momentos. Por lo menos que se lleve algo consigo.


Comentarios

  1. Me parece una magnífica noticia. No importará tanto que los amigos no podamos gozar de tu presencia si te sabemos cumpliendo un sueño tantas veces aplazado ante las teclas de tu piano. Siempre he pensado que, mientras la poesía puede profundizar o impedir q cicatricen las heridas del corazón, la mejor cura para las mismas es la música, y no te digo nada si es desde un punto de vista creativo...Ahora mismo no seme ocurre nada mejor para que recuperes la ilusión de tirar para adelante un día sí y otro también. Que tu piano te haga sentir tan feliz como esperas y te mereces.

    ResponderEliminar
  2. No sólo te felicito y te animo con la idea, sino que aprovecho para que nos facilites más datos... cuando dices piano... ¿es piano-piano? De pared, imagino, salvo que sea uno de cola y lo cuelgues de la pared del salón y lo toques acostado en el suelo...

    La moderna construcción urbana no facilita la expresión de la creatividad musical. Ya nadie puede tener en casa un piano de cola, un arpa, un orfeón donostiarra. Incluso un trombón de varas se vería desterrado al pasillo.

    Sé que es de mala educación autoinvitarse a las casas ajenas, pero como hace mil años que tengo pendiente que me muestres algunas de tus composiciones al teclado de tu estudio, ahora sí que no te me escapas, quiero ver como acaricias esas blancas y negras. Cuando tú gustes. Yo pongo los pastelicos de carne :-)

    ResponderEliminar
  3. Es extraño pero el dolor nos acerca a la sensibilidad y a la belleza de un modo que el placer no consigue.
    Y nada como la música para aliviar el alma; y si Antonio lleva pastelicos de carne, pos mehón.
    Salú-2 y ánimos desde el Sur, MAHN.

    ResponderEliminar
  4. Piensa además que es un objeto transaccional, y que has dado una alegría al vendedor de pianos, al transportista, y... ¿tienes ascensor grande?

    ResponderEliminar
  5. Antonio, es un piano digital yamaha. Era el único con auriculares. Los vecinos lo agradecerán.
    Por supuesto, todos estáis invitados a casa cuando queráis, con pastelicos o sin ellos. Eso sí, tendréis que aguantar con estoicidad una sesión de piano de hora y pico. Y advierto que el panorama no es demasiado alentador: entre mis metas, me he propuesto componer la segunda parte de "cumpleaños feliz". Necesitaba ya de una revisión y adecuación a los nuevos tiempos.

    ResponderEliminar
  6. ¿Vas a privar a tu vecindario del goce y disfrute de tu arte? Pero mira que eres egoista!!!

    Yo tb tengo un teclado Yamaha con el que martirizo a mis convecinos conectándolo a unas cajas autoamplificadas a válvulas :-) pero por las noches tb soy de auriculares, no sea que comiencen las represalias.

    Tengo la idea de pillarme tb un teclado USB-Midi lo más pequeño posible, como mucho 4 escalas, para conectarlo al portátil y funcinar con algún soft... no sé si de esto estás puesto, pero ya hablaremos :-)

    ResponderEliminar
  7. Donde dice cuatro escalas debe decir cuatro octavas, evidentemente.

    ResponderEliminar
  8. Me alegra que tengas ánimos, ¿te acuerdas del piano francés? Yo siempre digo “el piano de la monja”, fue un piano trabajado, primero embargado a un antiguo casino, comprado para ti a bajo precio, transportado cientos de kilómetros y finalmente casi regalado a la monja cantarina, fue lastimoso y frustrante.
    Llevas toda la razón del universo y aplica el dicho ”no dejes para……..”
    Espero que algún día me martirices mis ya desgastados tímpanos
    juanitagonzalezdios

    ResponderEliminar
  9. Me alegra que tengas ánimos, ¿te acuerdas del piano francés? Yo siempre digo “el piano de la monja”, fue un piano trabajado, primero embargado a un antiguo casino, comprado para ti a bajo precio, transportado cientos de kilómetros y finalmente casi regalado a la monja cantarina, fue lastimoso y frustrante.
    Llevas toda la razón del universo y aplica el dicho ”no dejes para……..”
    Espero que algún día me martirices mis ya desgastados tímpanos
    juanitagonzalezdios

    ResponderEliminar

Publicar un comentario