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Mostrando entradas de julio, 2011

Save our Bodies

Leyendo sobre la corporalidad, encuentro algunas ideas reveladoras en Paul Virilio . A pesar de su conservadurismo , el francés suele dar el clavo en muchas cuestiones centrales. Y su defensa apasionada del cuerpo frente a lo virtual me resulta más que pertinente en estos momentos: "Hay que volver a bailar. Hay que recuperar el cuerpo. No es una cuestión de moral, sino de corporalidad . Reconquistar el cuerpo mediante la palabra, el baile, la asociación, mediante todo lo que hace cuerpo (...). En el origen de nuestra civilización europea, en el judeo -cristianismo, en los Griegos y los Romanos, está la negación del cuerpo en beneficio del espíritu. Toda nuestra cultura ha consistido en limitar el cuerpo en favor del espíritu. Hasta el horror de los campos de concentración tiene que ver con esa voluntad de eliminar lo corporal. Hoy en día, nos enfrentamos a la necesidad opuesta: rehabilitar el cuerpo." "La invención del siglo XX es el S.O.S. lanzado en 1912 por el Ti

Descubrir

Leyendo sobre la obra de Bernadí Roig , me doy cuenta de que tenemos mucho en común. Veo sus obras, leo sus escritos y observo que estamos en el mismo lugar, al menos en un sitio cercano. Es curioso el modo en el que uno encuentra interlocutores perfectos sin haberlos buscado. Siempre me había parecido interesante su trabajo, pero nunca había profundizado lo suficiente en él. Lo había tenido delante de mis narices y nunca había advertido que estábamos hablando de lo mismo. A veces, los textos de encargo son la oportunidad perfecta para adentrarse en lugares que, de otro, modo apenas veríamos desde la lejanía. Me ha ocurrido con la obra de Jean Fabre y ahora me pasa con Bernardí Roig . Y la pregunta que no ceso de hacerme es siempre la misma: ¿por qué no habría mirado yo aquí antes? Y es que en Bernardí están todas mis referencias centrales: Berhnard , Beckett , Blanchot , y también algunos de los problemas que me han preocupado, especialmente la cuestión de la visión y la mirada.

Borrador

Acabar el primer borrador de tu novela y darte cuenta de que está plagado de todas las cosas que criticas en la literatura. Tópicos, ñoñerías, mal desarrollo, falta de profundidad, falta de ritmo, saturación de datos, falta de intensidad. Querer arreglarlo y darte cuenta de que no tienes las armas necesarias para cambiar nada. Ser consciente que hasta para escribir bodrios es necesario oficio y tiempo, mucho tiempo, y mucho oficio. Estar tentado a dejarlo. Resistir a la tentación. Volver a ser tentado. Escribir un post chorra como este intentando exorcizar algo que no sabes muy bien lo que es. Tomar aire, remangarse y meterse en faena, y sentir que hay que ponerse a fondo a trabajar la cosa si se quiere algo medianamente digno. Temer que ni aun así haya solución posible.

Morralla

El verano es tiempo de relax , de playa y siesta, pero también de cultura, de libro y museo. Y eso es bueno. Al menos, eso creemos. Pero hay que decirlo ya: ni leer libros ni ir a un museo es algo en sí mejor o peor que apedrear perros. Es tan sólo una actividad. Lo importante es leer “buenos” libros y ver “buen” arte. Hay que comenzar ya a hablar de calidad y no confundir cosas. “Libro” es un formato. Pero hay libros sublimes y hay libros terribles, libros que nos elevan y libros que atontan. Hoy nos contentamos con el mero hecho de que la gente lea, sin más. Y con el arte pasa igual. Que vayan a los museos, que vean arte y cultura, como si todas las cosas que están en los museos –o en el espacio simbólico del arte– fueran buenas y relevantes. Pero los museos –igual que las estanterías de las librerías– están también llenos de morralla, de obras absolutamente prescindibles que no aportan nada. Y no sólo los de arte contemporáneo, sino también los museos del pasado. Uno se asoma al Pr

Vanguardia popular

Anoche me escapé un ratito a La Mar de Músicas a escuchar a Ludovico Einaudi . Y me gustó, aunque lo encontré un poco cansino, la verdad. Cada vez que lo escucho, a él, o a Wim Mertens , o a George Winston , o a Michael Nyman , o incluso a Philip Glass, siempre acabo con la misma sensación: esto está bien, me gusta, pero podría haberlo hecho yo. Y no sé si eso es bueno o malo. El mal llamado " minimalismo musical" –mal llamado, porque entre Einaudi y Terry Riley o Steve Reich hay un abismo– siempre me produce esta sensación extraña. Pero en el caso de Einaudi se acentúa incluso aún más, porque, con diferencia, es el más evidente de los compositores de esta manera de hacer. Una estructura armónica fácil (tres o cuatro acordes) y variaciones sobre ellos hasta la extenuación. En esto, más o menos, Mertens , Nyman , Glass y Einaudi comparten lo esencial. Pero desde luego, creo que incluso ahí, en lo mínimo, en el "Sota, Caballo, Rey", hay distancias. Y el

In the mood for Bernhard

Preparando un texto sobre Bernardí Roig, vuelvo a Thomas Bernhard y me doy cuenta de que nunca tenía que haberme ido de allí, sobre todo porque me está costando volver. Bernhard ha sido una lectura central de estos años. El malogrado , Helada o Maestros Antiguos son pilares básicos de mi formación como lector y, sobre todo, de mi visión del mundo. Sin embargo, estos días, cuando volvía a Berhnard después de haberlo dejado durante algún tiempo –demasiado–, he constatado que no era tan fácil volver a caer en sus garras. Leer El italiano –uno de los textos básicos para el trabajo sobre Bernardí–, después de haberme metido en el cuerpo estos meses dosis altas de literatura contemporánea, está siendo una experiencia de reajuste. Estoy teniendo que poner mi organismo en modo "angustia" y no acabo de hacerlo funcionar del todo. Me está pasando igual con Klossowski, Bataille o Blanchot, también referencias cercanas, que el cuerpo tiene que ponerse a tono y no hay manera. Quizá sea

Un hojita se suelta de un árbol

En el tren de vuelta de Madrid, otro momento perfecto para la toma de intimidad de con los libros, leí de un tirón Una belleza vulgar , de Damián Tabarovsky (Caballo de Troya) . Había escuchado algo acerca de este autor, sobre todo varias reseñas sobre su Literatura de izquierda (Periférica) pero nunca había tenido la oportunidad de leer nada. Y el libro me sorprendió tanto que, desde la primera frase, no pude dejar de leerlo. Un libro sin aparente argumento. Una hoja que cae y es llevada por el viento –dos hojas, por momentos–. Durante esta caída, el autor presenta una cartografía de lo que ocurre –de algo de lo que ocurre– en una calle argentina. Aparentemente no pasa nada. Pero no cesan de ocurrir cosas. Eso es la vida, parece querer decir Tabarovsky, aunque al final escriba que no quiere decir nada, que esto no es una alegoría de nada, que simplemente la hojita cae y nada más. Una nueva sublimidad, de los pequeños movimientos. Movimientos que, según el punto de vista, pueden ser i

Libros en la intimidad

Como no podía ser de otro modo, de Madrid volví cargado de libros. No sé cómo lo hago, pero cada vez que entro en las librerías madrileñas se apodera de mí una fuerza extraña que me convierte en un individuo peligroso a la caza del libro perfecto. En esta ocasión, la caza se llevó a cabo entre La Central del Reina y la Antonio Machado del Círculo de Bellas Artes. Creo que me he fundido, una vez más, las vacaciones en libros. Hay un momento de estas compras de libros que es con el que más disfruto, el del examen minucioso sobre lo que he comprado. Leer otra vez las contraportadas y solapas, hojearlos y ojearlos, mirar con cuidado los índices y comenzar a leer los primeros párrafos de cada uno de los libros. Durante los viajes, para mí el lugar perfecto es el aseo de la habitación del hotel. Por alguna razón, después de comprar me entran ganas de disfrutar de un momento de soledad en wáter . Y ya sea simplemente para sentarme o para hacer uso del excusado, el caso es que me fascina mete

La pregunta infinita

Como intuía en el post anterior, la conferencia de hoy era peligrosa, aunque al final la cosa no ha sido tanto por el aburrimiento –que también habrá habido algo de eso– sino por la "polémica" de las propuestas. A mi buen amigo Fernando Castro, el organizador del evento, la cosa le ha parecido demencial. Mientras ponía a caldo la intervención, más de uno en la sala hacía gestos como diciendo " dale fuerte que se le merece, por insensato". Y es que parece que plantear una ética del comisario a través de las propuestas de Simon Critchley sobre la ética del compromiso no ha sentado demasiado bien. De algún modo, mientras escribía el texto, intuía yo que la cosa iba a traer cola, que lo que planteaba era una paja mental importante. Aunque no imaginaba que tanto. Luego, he intentado responder, aunque defenderse ante Fernando siempre es difícil, por no decir imposible. Aun así, creo que la respuesta ha aclarado las cosas, y a pesar de que no lo he convencido, he podido

Un prójimo y un jabalí

Hoy viernes, a las 10h, en el Círculo de Bellas Artes, soltaré un conferencia que intuyo que aburrirá a las cabras. Eso lo sabe uno incluso antes de que se produzca. Leyendo lo que he escrito, yo mismo me he amuermado . Pero ya es demasiado tarde. No hay vuelta atrás. La ética del comisario. Una reflexión infumable sobre la responsabilidad curatorial que me ha quedado excesivamente abstracta. Quizá como lectura pueda salvarse, pero como charla creo que no va a ser resistible. Y menos un viernes a las diez de la mañana, siendo, además, la última jornada de un ciclo que dura ya dos semanas. En fin, ya veremos cómo acaba la cosa. Si veo que cunde el sueño y los ronquidos, siempre puedo contar la anécdota de este viaje a Madrid, que nos ha retrasado el tren dos horas y pico. Y es que ayer, a la altura de Agramón , el tren atropelló a un jabalí que se cruzó en la vía y el impacto fue tal que la máquina quedó totalmente inhabilitada. Tuvimos que esperar allí en medio de la nada hasta que u

Reading dead

Cosas que tienen muy poco sentido y que solo pasan en julio. Estar un sábado por la tarde, disfrutando tranquilamente de la lectura de Butes , el magnífico libro de Pascal Quignard, y de repente, sin saber muy bien por qué, salir disparado hacia la FNAC a comprar una novela de zombies. Llegar allí y comprar directamente Feed , de Mira Grant, una señora que cree firmemente en el Apocalipsis zombie. Y ha escrito un libro que tiene una pinta espantosa, pero, por alguna oscura razón, estoy deseando leer. Casi tanto, como que vuelva Walking Dead , una serie de muertos vivientes a la que, al principio, no le vi la gracia . En cualquier caso, esta tarde, para aprovechar el viaje, de camino a la caja he comprado también una serie de libros de todos los colores cuya lógica tampoco acabo de comprender: El túnel , de Ernesto Sábato; Deseo de ser punk , de Belén Gopegui; Sin sangre , de Alessandro Baricco; Snuff , de Chuck Palahniuk; Acceso al comportamiento , de Antonio Doñate; Viaje de invierno

Mantra

Por fin, en varios días, logro sentarme de nuevo al ordenador algo más relajado. Aunque la actividad sigue siendo frenética, hoy, después de mucho tiempo, me encuentro con un día sin nada que entregar para el día siguiente. Julio todavía será un mes lleno de cosas todos los días y de textos y fechas límites para cumplir, pero al menos la inmediatez del "de un día para otro" se ha tomado un descanso por un momento. Siempre me lo monto fatal. Acabo una cosa y al día siguiente tengo que entregar la otra, y así sucesivamente , de modo que nunca tengo la tranquilidad de ponerme a hacer nada. Y el acostumbrarme a esa rutina, hace que los proyectos a más largo plazo vayan quedando siempre pospuestos. Está la novela, que nunca logro sentarme el tiempo necesario para darle el empujón que le falta; está el libro sobre Benjamin y las tecnologías de segunda mano, que también debería acabar ya; está también el libro sobre la noción de antivisión en el arte contemporáneo, que sólo me fa

Ideas

Para un texto sobre el paisaje y la locura, me adentro en la obra de Remo Bodei . Leo casi de un tirón Paisajes sublimes , una obra reciente sobre la relación entre el paisaje y la idea moderna de lo sublime como desbordamiento de la belleza. Releo también Las lógicas del delirio: razón, afectos, locura . Y me vuelve a fascinar la obra de este pensador italiano. Su claridad, su manera de poner las cosas en su sitio, entrando en Freud y otros psicoanalistas aparentemente casi sin esfuerzo pero con una lucidez tremenda. En este pequeñito libro sobre la locura, redescubro algunas ideas que habían estado pululando por mi mente estos últimos años y que ahora ya sé de dónde vienen. Muchas veces, uno lee algo y lo toma prestado. Y con el tiempo lo va modulando y transformando hasta que se lo queda en propiedad. Me suele ocurrir a menudo. Me pasa con la música, con las ideas o con los argumentos para cuentos o novelas. Cada vez que se me ocurre algo, tengo que comenzar a pensar de dónde pro

Good bye Facebook

En mi intento de desengancharme de la red y de comenzar una dieta digital absolutamente necesaria, esta semana he desactivado mi cuenta de Facebook y he abandonado –ya no sé si para siempre– la comunidad digital en la que pasaba horas y horas de mi vida. Confieso que el abandono ha sido absolutamente traumático. Y es que, aparte del lógico mono que sufre todo enganchado a una serie de rutinas, la perversión de la última pantalla antes de desactivar la cuenta de Facebook, me ha dejado ciertamente trastornado. Después de haber dejado claras las razones que te llevan a la desconexión –y de que, por supuesto, Facebook trate de convencerte dándote opciones para que lo pienses mejor–, antes del último paso –del último click–, aparece una pantalla con las fotos de perfil de algunos de tus amigos y Facebook te dice que te echarán de menos. Amigos que están a la vuelta de la esquina y con los que podrás tomar copas cuando quieras, o amigos que ni siquiera conoces físicamente. Tod