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Mostrando entradas de febrero, 2011

Arte truño

Intensa semana de conferencias. Lunes, martes, miércoles y jueves. Y cada una de su padre y de su madre. Las reacciones han sido de lo más variado, pero parece que nadie ha quedado indiferente. Especialmente el martes, que hablé de las formas del trauma en el arte contemporáneo y que dediqué casi una hora a hablar del excremento, produciendo algún que otro acceso de asco en el público. La verdad es que ya tenía gana de decir en una conferencia: "el arte contemporáneo está lleno de mierda". Y comenzar una tras otra a analizar obras de mierda, desde surrealismo a Wim Delvoye , pasando, por supuesto, por Manzoni , David Nebreda , Paul McCarthy o Santiago Sierra. Reconozco que en algún caso la cosa pudo ser desagradable, pero el caso es que lo que empezó como una broma para poder decir finalmente que había dado "una conferencia de mierda", acabó por mostrarse como una vía más que productiva de análisis del arte contemporáneo. La relación de la mierda con lo real l

(Ar)cosas

Me dicen algunos amigos que escriba sobre Arco y que les cuente lo que vi. Y a mí, si os digo la verdad, no me apetece nada. Arco me cansa, como me cansan todas las ferias de arte. Y me cansa porque no voy a comprar nada. Y entonces me aburro. Quizá vaya siendo el momento ya de que nos demos cuenta de que Arco no es un lugar para ver cosas. Allí se va a comprar, y ya está. El problema es que todavía seguimos confundiendo churras con merinas, y creemos que aquello es una exposición. Y nos pegamos el viaje padre a Madrid y perdemos las rodillas y la espalda echando horas y horas de viacrucis por los pasillos para acabar diciendo: "pues nada nuevo bajo el sol". Yo, lo confieso, voy a Arco a encontrarme con la gente, a ver a los amigos que hace tiempo que no veo y, para qué negarlo, a correrme alguna fiestecilla que otra. Pero no a ver arte. Porque, desde luego, no es el lugar. Es curioso que haya gente que en todo el santo año no entra a una galería de arte y luego agarra el b

Apenas un párrafo

Apenas tiempo para escribir en estos días de ARCO. El justo para decir que me reafirmo en lo escrito en el artículo anterior. Y que cada día tengo menos cosas en común con mucha de la gente del arte. Sin duda, me quedo con los libros, si es posible encerradito en algún bosque perdido en las montañas de Nueva Inglaterra. Qué nostalgia de Williamstown . El año pasado por estas fechas ya estaba yo en las nieves de Massachusetts , rodeado de libros y escribiendo con tranquilidad . Cuando pienso en el desfase, la banalidad, la tontería y el cinismo del mundo del arte (de un tipo de mundo, y de un tipo de arte, por supuesto), me parece por momentos que estoy en el lugar erróneo. Y pienso entonces en este no (ha) lugar. Y me desahogo durante unos minutos. Unas líneas. Apenas un párrafo.

Lujo

Hace unos días se inauguró en la Fundación Banco Santander Espíritu y espacio , la exposición de las obras de la colección “Sandretto Re Rebaudengo”, que cuenta con lo más granado del panorama artístico internacional contemporáneo: Damien Hirst, Douglas Gordon, Cindy Sherman, Maurizio Cattelan y otros muchos. No veo el momento de llegar a Madrid para acercarme a contemplar algunas de las obras más sugerentes de los últimos años. Una exposición como esta, nos trae algunas piezas maestras, pero también nos hace pensar en el papel que ocupa el arte en la sociedad actual. Un papel doble, como discurso social y como mercancía de lujo. En una entrevista, la propietaria de la colección decía que lo que le interesaba del arte era sobre todo su implicación política con el mundo y su toma de conciencia de las injusticias que nos rodean. Es decir, lo que cuentan las obras. Pero, detrás de eso, hay algo muy diferente: lo que las obras son, que no es otra que el “patrimonio” de unos pocos que perte

Delirio y cordura

Los días pasados con Mieke Bal estuvieron llenos de conversaciones en torno a la locura. Su película, Una larga historia de locura, daba para eso. Hablamos de Remo Bodei y de Las lógicas del delirio , o de Pier Aldo Rovatti y de La follie in poche parole . Tanto estos pensadores italianos como Mieke Bal , sin saberlo, habían llegado a la misma conclusión, que la locura es la última frontera del sujeto. Y sobre todo que los locos no están tan locos, ni los cuerdos, tan cuerdos. De hecho, como sostienen Bodei y Rovatti , la civilización tal y como la entendemos sólo existe a través de pequeñas dosis de locura. Si nos tomásemos, como hacen los locos, las cosas al pie de la letra, sería imposible una vida en comunidad. Los únicos que realmente se toman en serio el lenguaje son, paradójicamente , los locos, los que no han podido aceptar del todo el orden de lo Simbólico. La película de Bal , entre otras cosas –especialmente, la relación entre violencia y locura: la violencia co

Anonimato

En estas semanas, por varios motivos, la cuestión del anonimato en Internet ha sido uno de los temas sobre los que han girado algunas de las discusiones en este blog. En uno de los últimos post, concluía yo que iba a hablar aquí con nombres y apellidos, dando la cara y siendo responsable de las palabras escritas, frente al uso irresponsable del anonimato, que alimenta el rumor y el ruido. Algún comentario a este post sugería que los únicos que reclaman la visibilidad pura son los regímenes policiales y casi me venía a acusar de cierto fascismo por rechazar la fuerza del anonimato y reclamar un mínimo de civismo en el uso responsable de Internet. Desde luego, nada más alejado de mi postura que reclamar una docilización de los individuos y una transparencia absoluta. El anonimato es una posición, y en sí misma no es buena ni es mala. De hecho, puede ser una opción de cobardía e irresponsabilidad, o puede ser una postura vital encomiable y una posición política relevante y efectiva. Est

Casualidades

Después de la tempestad, la calma vuelve poco a poco. Estoy pasando unos días agradables con Mieke Bal , mientras preparo La última frontera , una exposición sobre sus trabajos visuales sobre la migración y la locura que inauguramos mañana jueves a las 20h en la Fundación García Jiménez . Mieke , con su fuerza, inteligencia y generosidad vuelve a sorprenderme. Conversadora infatigable y enciclopedia andante, uno no deja de aprender de ella en cada momento. Una persona que, a su edad, sigue leyendo sin parar, y no se ha quedado anquilosada en su estatus de "vieja gloria", sino que se renueva constantemente, incorporando nuevas estrategias de escritura y nuevos modos de comunicar y producir conocimiento. En dos semanas recibe el premio del College Art Association , que viene a ser algo así como el Nobel de los historiadores del arte, y sin embargo continua con su modestia y su apertura, tomando referencias, apuntando todos los nombres que aparecen en las conversacion