Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2010

Paranoia artística (¿Arte o cosa? II)

La semana pasada hablaba aquí de lo fácil que es confundir el arte contemporáneo con cosas que no son arte. Esta semana me gustaría seguir reflexionando sobre esta cuestión, pero moviéndome hacia el otro extremo: el de las cosas que no son arte y que sin embargo pueden parecerlo. La cantidad de eventos artísticos que están teniendo lugar en Murcia en las últimas semanas parece haber provocado en muchos murcianos una especie de paranoia artística que les hace ver obras de arte por todos lados. Ya son bastantes los que han confundido cosas tiradas por el suelo con instalaciones, o mendigos durmiendo con performances, aunque quizá lo más llamativo fue lo sucedido a algunos visitantes extranjeros de Manifesta, que, al pasar por delante del juzgado y ver allí la que había montada en torno al concejal Berberena, creyeron que todo se trataba de una gran performance y estuvieron un buen rato esperando a ver qué sucedía. Que estas cosas nos ocurran a los aficionados al arte, que estamos algo su

Estados semanales

De un tiempo a esta parte, con esto del microbloggig FTT (facebook, twitter y tuenti) ya casi no escribo aquí. La vida semanal se puede resumir en estados de facebook. Triunfo de lo infraordinario –Perec dixit –: - Después de toda una vida utilizando Office by the face, por fin he comprado una copia legal. La versión 2011 de Mac. Me da hasta no se qué abrir la cajita amarilla. Por primera vez, voy a acabar un texto en software legal. Hasta ahora todos mis escritos han sido piratas. - Mira que yo soy merengue con ganas (defectos que tiene uno), pero en estos casos ni el corazón dividido ni nada: murcianista hasta la médula. Qué alegría más grande nos han dado los chavales. Y qué cabreo más grande tienen que tener los chicos maravilla. - Adiós al pulpo Paul. No sabemos si supo predecir su muerte. Ahora habrá que rescatar a Paco Porras del olvido y acostumbrarse a no pasar de cuartos. - Fantástico el Tricicle. Hacía tiempo que no me reía tanto. Garrick es un espectáculo redondo

¿Arte o cosa?

La semana pasada escribía aquí que para ver el arte contemporáneo es necesario aprender los códigos con los que está realizado y conocer el mundo que rodea a las obras, que ya no nos vale con la mirada, y que a una obra de arte hay que hacerle una serie de preguntas que nos dan la clave de su significado: por qué, cómo, de dónde, con qué intención… Si no hacemos eso, corremos el riesgo de que confundir las cosas. Y escribo esto porque esta semana alguien ha colado una obra de arte “falsa” en Manifesta. Me he podido enterar gracias a la foto de un amigo en Facebook. Pero lo que me ha sorprendido no es que la artista, Flora Debord (nótese la alusión situacionista), colase la obra, sino que alguien se percatase de ello. Según me cuentan, fue uno de los guardias de seguridad quien lo advirtió: aquello no le sonaba demasiado. Un diez para él. Yo no me habría dado cuenta. Y es que en el mundo del arte contemporáneo cualquier cosa puede llegar funcionar como obra de arte. Pero que algo pueda

Saber ver

Estos días son muchos (varios miles ya) los que se acercan a ver las obras expuestas en las numerosas sedes de Manifesta. Hay algunos que sólo van a ver los espacios recuperados (como el antiguo edificio de Correos o la Prisión de San Antón), pero la mayoría llega para contemplar las obras que allí se exhiben. Y la sensación con la que salen bastantes espectadores es la de no entender del todo aquello que tienen delante de los ojos. Hoy me gustaría dejar claro que esta sensación de frustración, que ocurre también ante gran parte del arte contemporáneo, se debe esencialmente a una confusión respecto al arte: la creencia de que podemos situarnos frente a una obra de arte y, sin hacer ningún tipo de esfuerzo, ésta se abre inmediatamente ante nosotros. Y no es así, ni mucho menos. Pasearse por las salas mirando las obras como quien mira escaparates, buscando algún tipo de revelación, es lo mismo que entrar en una biblioteca y dedicarse a observar los lomos de los libros. Evid

Comenzando Manifesta

Estos días han vuelto a ser de locura. El jueves se inauguró Manifesta 8 en Murcia y, entre una cosa y otra, no he parado en casa. Aún no he podido ver todas las sedes, pero lo cierto es que me está gustando bastante lo que estoy viendo. Por supuesto, hay de todo. Hay obras prescindibles, como pasa en los grandes eventos, pero también hay obras muy buenas y proyectos realmente serios y trabajados. En las próximas semanas iré dando aquí buena cuenta de algunas de las reacciones a las obras, eventos y exposiciones. De momento, lo único que puedo decir es que me siento un privilegiado. Con independencia de lo conveniente o no que pueda resultar este evento «en este lugar-en este momento» (eso sería otra discusión, que también podemos llevar a cabo en este no(ha)lugar), lo cierto es que, hablando desde un punto de vista egoísta, tener Manifesta en Murcia es todo un privilegio para los profesionales y los aficionados al arte contemporáneo. Pienso estos días sobre todo en los alumnos de Bell

Regresando a la actividad

Con el comienzo de las clases, todo se ha ralentizado. Ha comenzado la vida social y, muy a mi pesar, he tenido que salir de la madriguera. Inauguraciones, conferencias, exposiciones... vamos, trabajo, que me ha apartado de mi pequeño paraíso artificial de lectura y escritura. Desde hace una semana no he podido apenas leer una novela. La última que acabé fue Mi amor desgraciado , de Lola López Mondéjar ( Siruela ). Me encantó. Una novela terrible que cuestiona y pone en jaque las ideas sobre el amor materno y los límites entre el odio y el amor. En cuanto tenga tiempo haré una reseña como Dios manda. Pero ahora, todo se ha acelerado de nuevo, aunque yo intento mantenerlo ralentizado. La novela está abandonada ya casi dos semanas. Otros compromisos de escritura me requieren. Escribir sobre la ética del comisariado para una importante revista internacional me está quitando el tiempo que tenía dedicado a mi entretenimiento. Ahora me he tenido que volver a poner con textos clásicos de