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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Fines y principios

Acaba el año. Ha habido de todo. Bueno y malo. Mi balance es positivo. No me puedo quejar. De hecho, no puedo pedir más. O no debo. Sobre todo si miro a mi alrededor y veo cómo está el patio. Así que este año mis deseos serán para los demás. Porque conozco a muchos que están jodidos. Muy, muy jodidos. Espero que el año que viene les vaya a todos mejor. Que a algunos les vaya por primera vez la cosa bien. Para mí no deseo nada más. Si acaso, que esto dure así algún tiempo. Pero si no lo hace, ya ha sido mucho más de lo que había imaginado. Gracias a todos y feliz 2012.

Tecnologías de segunda mano II (El cine como ruina y el museo como hospital)

Originalmente en Salonkritik En la primera entrega de este texto , hablaba de la Selectric 251, la máquina de escribir anticuada que, en el mundo tecnológicamente avanzado de Fringe, sirve como herramienta de comunicación entre los dos universos paralelos de los que habla la serie, incorporando una especie de aura que convierte la tecnología en “médium” y la sitúa en el dominio de lo mágico y lo esotérico. Otra máquina de escribir obsoleta, también encontrada en una tienda de objetos de segunda mano, en este caso en Vancouver, es la protagonista de Rheinmetall / Victoria 8 (2003), una de las piezas más célebres del artista canadiense Rodney Graham. En la obra, las imágenes de la Rheinmetall –un loop de 10’50’’ filmado en 35 mm en el que aparecen diversos planos de esta máquina de escribir alemana de los años treinta– conviven con el artefacto del que emergen las imágenes, el Victoria 8, un proyector italiano de 1961 que tiene una presencia material en la sala y que dialoga a varios niv

Nostalgia de paralaje

Después de tres meses en Ithaca, regreso a casa, como los turrones El Almendro, por Navidad. Y es ahora, al regresar, cuando comienzo a sentir que realmente me he ido. Ahora, cuando estoy aquí, percibo la pequeña escisión de no haber llegado del todo, quizá porque tampoco me había ido nunca del todo. Es curioso, lo que se deja atrás se hace presente cuando realmente se abandona, y lo que vuelve, se aleja al regresar. Cuando regresé de mi periodo en Williamstown me ocurrió exactamente lo mismo. He leído hoy lo que escribí entonces y creo que sigue sirviendo para describir ese trastorno de la distancia que hace que las cosas se alejen a medida que se acercan, como esa sensación óptica que uno tiene cuando va en el tren y el paisaje parece fracturarse entre lo que se quede atrás y las cosas que se resisten a abandonarnos. A esa ilusión óptica se la suele denominar "paralaje". Quizá tengamos que llamar entonces a esa nostalgia que uno siente al regresar "nostalgia de para

Los peligros de lo cool

En sus trabajos sobre la modernidad, Walter Benjamin escribía acerca de la potencia crítica de lo pasado de moda y las energías revolucionarias contenidas lo anticuado. Frente al ritmo de sustitución de la mercancía, lo obsoleto –el objeto sin el brillo de la seducción– revelaba la verdadera cara del capitalismo, la promesa incumplida de felicidad. Hoy, más de setenta años después, esa fascinación por lo anticuado como herramienta crítica a al progreso sigue estando presente. Sin embargo, en la era del capitalismo avanzado, el mercado ha integrado lo pasado de moda como una moda más, y lo obsoleto ya no es expulsado para siempre del tiempo, sino que regresa ahora bajo la forma de «lo retro», cargado de la nostalgia de un tiempo perdido, pero situado en la punta de lanza de una industria que capitaliza las emociones y las reconvierte en energía necesaria para que el sistema funcione. Como señala Thomas Frank en La conquista de lo cool , lo anticuado se transforma en lo más moderno. Lo r

Pensamientos de marca II

Siguiendo con las tonterías que se me ocurren de vez en cuando, aquí os dejo más pensamientos de marca para que los utilicéis como queráis. Conduce tu inconsciente El vaquero infinito La televisión Real La leche más abyecta

Kindle sorpresa

No sé cómo lo hago, pero cada vez que me vengo de estancia a los EE.UU., acabo llevándome de vuelta un cachivache electrónico. La otra vez fue el iPad . Ahora, el nuevo Kindle de Amazon, la versión touch que no se puede comprar en España. A priori, parecería que con el iPad, cualquier lector de libros electrónicos no tendría demasiado sentido. Sin embargo, después de tener el Kindle durante una semana, me he convencido de lo contrario: la comodidad de lectura que ofrece la pantalla, la ligereza, la integración con los contenidos de Amazon –para los que somos asiduos de la tienda–... merece la pena. Más de uno ya me ha preguntado que ahora qué es lo que uso, el iPad o el Kindle. Y la respuesta que doy es: cada cosa tiene su cosa. Y cada cosa sirve para lo suyo. El iPad lo sigo utilizando –aparte, por supuesto, de sus utilidades como entretenimiento (juegos, música, películas...)– para trabajar especialmente en la lectura de Pdfs. Dos programas me han hecho la vida profesional más fácil:

Pensamiento de marca

Por alguna razón que se me escapa, he pasado la semana sin poder conciliar el sueño. En los momentos de delirio, no he podido evitar que continuasen viniéndome a la cabeza estas imágenes de "pensamiento de marca". La moda más multitudinaria La que hace hablar al subalterno El mundo soñado sin catástrofe Y lo que más se lleva en la casa del ser