VIERNES 14 / Llanto desconsolado Te levantas cansado y
casi sin haber dormido. La noche anterior fue larga. Ahora, dos horas de clase
en Filosofía. Has empezado las vanguardias y te toca hablar de Las señoritas de Aviñón, el comienzo de
la verdadera modernidad en arte, la fractura más decisiva. Hablas del
primitivismo, de la ruptura del espacio ilusorio de la perspectiva, del corte
respecto al naturalismo… Y luego acabas hablando del contenido: unas señoritas
en un burdel. Dejas caer esa frase que dices todos los años y que ya se ha
convertido en un clásico: “el arte moderno nace en una casa de putas”. Piensas
en Manet (Olympia), por ejemplo, y
comentas el significado del burdel para el arte moderno. Por supuesto, se trata
de una perspectiva masculina, en la que el hombre es el sujeto deseante y la
mujer el objeto del deseo. Aun así, las señoritas de Picasso, como la Olympia,
no ceden al deseo, se muestran literalmente “impenetrables”, y al mismo tiempo
se exponen directamente, sin med…
En un mundo sin melancolía los ruiseñores se pondrían a eructar (E. M. Cioran)