Ir al contenido principal

American Paradise

Por primera vez en mucho tiempo, tengo la sensación de haber encontrado lo que había estado buscando. Paz, tranquilidad, inspiración, tiempo para leer, tiempo para escribir, tiempo para pensar. Después de unos años de locura, esto se parece mucho al retiro espiritual que venía necesitando. Probablemente a la mayoría de las personas les pueda parecer aburrido vivir entre ardilllas, árboles y libros, pero a mí, ahora, en este preciso momento, me parece lo más cercano al paraíso. Para colmo, curioseando por la casa en la que me ha alojado el Clark Institute me he encontrado un Steinway de cola de principios del siglo pasado. Todavía no me he atrevido a tocarlo por no dar la tabarra a mis compañeros de aventura, pero todo se andará.

A petición popular, subo algunas fotos (estas ya reales) de mi nuevo entorno.

La casa:



La casa de mis vecinos:


El centro de investigación del Clark Institute:


La vista desde mi oficina:

Comentarios

  1. ...traigo
    sangre
    de
    la
    tarde
    herida
    en
    la
    mano
    y
    una
    vela
    de
    mi
    corazón
    para
    invitarte
    y
    darte
    este
    alma
    que
    viene
    para
    compartir
    contigo
    tu
    bello
    blog
    con
    un
    ramillete
    de
    oro
    y
    claveles
    dentro...


    desde mis
    HORAS ROTAS
    Y AULA DE PAZ


    TE SIGO TU BLOG




    CON saludos de la luna al
    reflejarse en el mar de la
    poesía...


    AFECTUOSAMENTE: NO HA LUGAR


    ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.

    José
    ramón...

    ResponderEliminar
  2. se parece mucho al fin del mundo... justo donde me gustaría estar ahora mismo...

    que tal todo por allí?

    ResponderEliminar
  3. Parece todo muy bonito y tranquilo... Diferente ¿no?. Ánimo con ese piano.

    ResponderEliminar
  4. Esa casona al final del camino nevado da cosica, pero de la buena, ya me entiendes... si no encuentras ahí la inspiración para escribir una historia con la que hacer que manchemos los pantalones...

    Y para colmo con un Steinway de cola... en la manzana de al lado del hotel donde me alojaba cuando fui a NY a trotar durante 42 kms estaba la tienda de esa firma... ni me atreví a entrar, temeroso de que en cuanto me vieran posar mi manaza sobre una de sus joyas saltasen sobre mi un par de seguratas y me facturasen para Abu Grahib, Guantánamo o la casa del abogado Mazón.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario