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Anoxia

En este regreso al blog, imagino que debería comenzar diciendo que terminé una novela hace unos meses y que se ha publicado este 25 de enero: Anoxia, en Anagrama. Lleva dos semanas de vida y de momento me está dando muchas alegrías. La primera y más importante: haberla conseguido terminar. Se me atragantó la cosa después de El dolor de los demás, y no tenía claro que el proyecto fuese a llegar a buen puerto. Me siento orgulloso sobre todo de haberla logrado sacar adelante. Con ninguna novela, ni siquiera con la primera, he tenido tantas dudas y desvelos. Y tampoco con ninguna he estado tantas veces tentado a abandonarla. Lo que quería hacer necesitaba muchísimo trabajo. Y a veces uno desfallece porque no ve el final, y todo naufraga una y otra vez. Pero al final, a fuerza de trabajo –de oficio, diría–, ha salido algo bastante digno. Mucho más de lo que creía que podría salir. Es curioso, mientras uno escribe duda de todo. Cuando termina, sigue dudando. Pero hay un momento –y no sé claramente identificar cuándo acontece– en el que comienzas a creer del todo en lo que has hecho, en el que lo ves desde fuera y te das cuenta de que, de verdad, eso funciona y ya lo puedes defender. Eso me ha sucedido con esta novela más que con ninguna otra. La duda constante por si lo que se hace tiene sentido. Y luego, al final, el convencimiento, ya venido desde el exterior, de que lo tiene. 

Y en esas estamos ahora, convenciéndonos de que el trabajo ha merecido la pena. En la web de Anagrama está toda la información y algunas reseñas (aunque como decía en el post anterior) iré poniendo por aquí alguna cosa y alguna reflexión sobre ellas. 

Que no he dicho nada, pero que, por supuesto, sigue siendo un sueño de crío grande lo de publicar en Anagrama, la editorial que ocupa para mí un lugar esencial en mi educación intelectual y emocional, en lo que yo pensaba que era la literatura. Así que cada vez que veo un libro mío ahí (van cuatro novelas y un ensayito), me sigo pellizcando para ver si es verdad y por qué un payo de la huerta de Murcia tiene ese honor y ese privilegio.


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