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Presente continuo (4 - 10 abril)

VIERNES 4 / Sick
Hoy es el día. Sick: vida y muerte de Bob Flanagan (supermasoquista). A primera hora de la mañana. Te conoces la película de memoria. Ya no puedes ponerla y mirar a tus alumnos sin que te posea el espíritu de Intento de escapada. Eres prisionero de tu propia ficción. Helena, Marcos y Montes vuelven una y otra vez. Cuando acaba, haces siempre la misma performance: enciendes la luz de golpe, los miras fijamente con los ojos humedecidos y dices “bueno, la semana que viene hablamos”. Percibes todos los años los resoplidos, el silencio y el bajón absoluto que se produce entre los estudiantes. Algunos ni siquiera saben qué decir. Otros, como I., prefieren no decir nada para no ofender. A veces piensas si es necesario poner estas cosas en clase. Lo dudas. Sick hace pensar; Bob Flanagan te obliga a posicionarte. A favor o en contra.

Cuando llegas a casa, ves en Twitter las pinturas de George W. Busch. Te parecen más dolorosas que las de Flanagan. Mucho más obscenas. Es curioso, a todos los grandes líderes les da por pintar, o por querer hacer alguna actividad artística. Quizá habría sido mejor que se dedicaran al arte. Si a Hitler lo hubieran dejado pintar, otro gallo nos hubiera cantado. Piensas que al revés también el axioma funciona. Si los artistas tomaran el poder, no sabes lo que podría ocurrir. Mejor que estén entretenidos con sus cuadros, o con sus libros e historias. Nada más peligroso que una república de las letras. Quizá por eso Platón expulsó a los artistas.


SÁBADO 5 / Amor
Boda en Valencia. Se casa L., gran amigo y antiguo compañero de universidad. Es una de las bodas más elegantes a las que has asistido. Hacen una pareja estupenda. Puedes percibir la felicidad y el amor. Y también la amistad. En vuestra mesa. Es una reunión de amigos. Un reencuentro. Un momento de felicidad.

Regresáis de Valencia algo cansados, pero con la libido por las nubes. Sexo brutal nada más llegar a casa, como si fuera una de las primeras veces. Después, mientras descansas, te preguntas si contarlo o no en este diario. Por qué hablar o no de sexo. Evidentemente no siempre escribes aquí todo lo que haces. Mil cosas que no cuentas. Pero hay momentos en los que un acto marca el día, momentos en los que es significativo. Sucede igual en tu narrativa. El sexo importa cuando significa, cuando tiene una importancia en la historia, cuando supone un antes y un después. Y hoy lo hace. La imagen de los tacones y las medias de R. se te mete en la cabeza y ya no se te va en toda la noche. Pocas cosas más bellas y excitantes. No puedes escribirlo sin sentir una palpitación en el pantalón.

DOMINGO 6 / Fronteras
Te levantas temprano y sales a correr para intentar bajar lo que has comido en la boda. Después, llegas a casa, te quedas solo y escribes toda la mañana. A veces necesitas la soledad incluso más que el silencio.

Por la tarde, en el Espacio Pático, Birraseries sobre Juego de Tronos. Habla R., que es una experta. Ha leído todos los libros y vive dentro de ese mundo. A ti te gusta la serie, pero no has llegado a ser fan. Después del evento, regresáis a casa, cenáis un kebab y luego leéis en el sofá con la tele de fondo. Tienes que dejar el libro porque las imágenes de los inmigrantes en el Monte Gurugú se te clavan en la retina. Por vez primera la masa humana tiene nombres y apellidos; son historias, son personas. Te quedas con el alma encogida. El espíritu de Marcos sigue perviviendo en ti.

LUNES 7 / Jugar
Temprano arriba para escribir. Poco a poco vas llenando páginas. Te sientes cómodo y disfrutas, aunque sabes que no podrás dedicarle mucho tiempo esta semana. Vuelves a tener clase en el módulo del máster.

A las dos, el partido de profesores contra alumnos de la fiestas de Filosofía. Eres el único profesor que juega. Marcas dos goles. No te lesionas, como suele ocurrir. Hace unos años, en las fiestas de Bellas Artes te fisuraste una costilla cuando caíste al suelo. Eres la torpeza hecha persona. Esta vez no.

Llegas a casa con el tiempo justo para ducharte y salir para la clase del máster. Organización de Exposiciones. Hablas durante dos horas seguidas, sin descanso, sobre el comisariado de exposiciones contemporáneas. Encuentras caras de interés. Disfrutas.

Por la noche, cansado, ves el capítulo de Juego de Tronos. Después, acabas Recado de un muerto, la última novela de Rafael Balanzá que has comenzado a leer el fin de semana. Te gusta. Balanzá maneja el tempo del thriller con magisterio. Parece un escritor nórdico, o francés. Es impresionante la generación de escritores murcianos que está surgiendo. Cada vez son más y mejores.

MARTES 8 / Intensidad
Te levantas con agujetas. Aunque corras de vez en cuando, el partido te ha dejado molido. Hoy es un día intenso. Por la mañana, clase de Últimas tendencias. Sigues con las cuestiones de género y el feminismo. Hoy toca Mary Kelly y el Post-partum Document. Y también Sophie Calle. Vas muy rápido, pero notas que cala, que estas cuestiones siguen interesando. Te das cuenta de que esas reivindicaciones de género que ya tienen un tiempo siguen estando vigentes en la actualidad. No hemos cambiado demasiado.

Por la tarde te divides para hacer todo lo que tienes que hacer. A las cinco, clase de Crítica de Arte en Bellas Artes. Hablas de Hal Foster y de lo abyecto. Nada fácil. Acabas muy cansado. Sin tiempo para respirar, coges la moto y a toda prisa bajas al campus de la Merced. En diez minutos llegas y comienzas la clase del máster. Estás espeso. Te aturullas y notas que vas dando bandazos de un lugar a otro. Estás cansado. El cuello vuelve a dolerte.

Acaba la clase y sales corriendo para llegar a ver al menos la segunda parte el Madrid-Dortmund. La cosa se pone difícil. Lo que iba a ser un trámite se convierte en algo casi traumático. Después del partido, te tiras a la cama como si te estuvieras cayendo al suelo. Vuelves sobre Lolita, que la tenías abandonada. Te había fascinado al principio, pero te había dejado de interesar. En la última parte vuelve a coger ritmo. Consigues acabarla. Y te prometes comenzar otra obra de Nabokov enseguida.

MIÉRCOLES 9 / Lo inesperado
Clase en filosofía. Surrealismo. Buñuel, Max Ernst, Freud y el concepto de lo siniestro. Después, el pregón y el concurso de sofística. Es extraño, te sientes muy a gusto en esa facultad. Luego, en el fiestódromo, a pleno sol, resistes lo que puedes. Ejerces de “profesor enrollado”. Guardas el tipo y departes con los estudiantes con una cerveza entre las manos. No paras un momento de hablar.

Del fiéstodromo bajas a la Merced a la clase del máster. Llegas cansado, pero casi ni se te nota. Hablas un poco y llevas a los alumnos a AB9. Consigues que I. les hable del proyecto y les comente las dificultades y posibilidades del espacio. Después, te llevas a los que resisten a la inauguración de la exposición de Carlos Schwartz en Art9. Es un artista que siempre te ha interesado. Su trabajo con la luz es fascinante. Y en este caso trabaja sobre Duchamp y el imaginario de lo aéreo. Son piezas increíbles. Te gustan. Te enamoras especialmente de la puerta, situada en una esquina. Da para escribir con mucho detenimiento. Prometes hacerlo en alguna ocasión futura.

Cuando llegas a casa ha ganado el Atleti al Barça, y en las elecciones a Rector ha salido José Orihuela. Los dos dan la sorpresa. Lo inesperado es siempre la mejor opción.

JUEVES 10 /Amistad literaria
Sales a correr temprano. Todavía tienes agujetas, pero corriendo se te pasan un poco. Después, escribes un poco y subes a clase de Crítica de arte. Es la última antes de vacaciones. Explicas las dimensiones del sujeto según Lacan. Después de explicar el concepto de “extimidad”, una alumna dice “qué guay” y tú te sientes realizado. Eso le da sentido a la semana. Para eso trabajas.

Justo después de clase te acercas un momento al fiestódromo otra vez. Hoy son las fiestas de Letras. Mucha más gente que en las de Filosofía. De nuevo ejerces de profesor joven y te integras bien con los alumnos. Algunos a los que aún no les has dado clase y que no te conocen te confunden con alumno. No dices nada. Ya se enterarán cuando lleguen a cuarto.

Vuelves a casa, te duchas y sales para la mesa redonda que tienes en AB9 con Leonardo Cano y Javier Gutiérrez. Vais a hablar sobre el proceso creativo en la escritura y no has preparado nada. Confías en que la inspiración venga y que el diálogo entre los tres lo solucione todo. Al final, el espacio se llena de público y la mesa sale incluso mejor de lo que esperabas. En el fondo, es una conversación entre amigos, como las que muchas veces habéis tenido en los bares. Estáis los tres muy a gusto. Cervezas, buen rollo y literatura. No se puede pedir más.

Nada más acabar la mesa redonda e inaugurar los trabajos de Javier García Herrero, vas a la cena de Filosofía. Disfrutas mucho entre los alumnos, sin parar de gastar bromas. Antes del postre, dejas la cena y sales al reencuentro con los escritores y más amigos. Esta noche estás dividido. Demasiados frentes. Al final, acabáis todos en el Musik. Te aplauden al entrar y te sonrojas. J. y L. son los mejores amigos. Te embarga la felicidad. Jamás habrías imaginado esto. Bebes demasiado. Incluso demasiado para ti. Vuelves a casa andando. Media hora. El tiempo se espesa. Todo tiene sentido. Era necesario.



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