Por la noche soñó que lloraba. A la mañana siguiente, las lágrimas le habían tapiado los ojos, y ya nunca más pudo despertar.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.
o algo parecido...
ResponderEliminar¿por qué? ¿Acaso no se puede ver con los ojos del corazón? Que se lo digan a las madres. :)
ResponderEliminarPor la mañana lloró que soñaba
ResponderEliminarDemoledor. Es genial.
ResponderEliminarHace años las lágrimas se me secaron, y las pocas que brotaron de mis lagrimales se escurrieron por mi rostro creando una satisfacción finita al roce con mi piel. Llorar no pude, despertar tampoco, pero sentir cada mañana el último recuerdo de mis lágrimas me hace llorar de alegría (si no fuera porque ya no me quedan lágrimas).
ResponderEliminar¿Se puede llorar sin lágrimas? yo lo hago cada mañana.
El azar a veces, por descuido, nos regala perlas perdidas entre los escombros.
ResponderEliminarGracias, no a él sino al que firma, por permanecer escondido.
PD. ¿No serás primo de Héctor Artiles?
Si es así tendría un argumento digno de Paul Auster.
Estimado anónimo. El azar, en efecto, como decía Duchamp, es la única ley que mueve el mundo.
ResponderEliminarPD. No conozco a Héctor Artiles. Confiemos, en cualquier caso, en el azar.