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Diletantismo

Esto de no saber decir que no sigue teniendo sus consecuencias. Mañana por la tarde tengo que perpetrar una conferencia sobre un imaginero contemporáneo, José Hernández Navarro. Mi hermano, para más señas. Esto es ya lo último que me quedaba por hacer. Lo imposible absoluto. No tengo ni idea de lo que voy a decir. Y es que el punto de vista es el menos indicado. Por un lado, estoy completamente alejado de la cuestión. Mi conocimiento de la imaginería religiosa es prácticamente nulo. Pero es que, incluso si lo tuviera, mi relación con el artista en cuestión, mi hermano, me pone demasiado cerca del objeto de estudio. De este modo, estoy ante la perspectiva imposible: demasiado lejos o demasiado cerca. Además, el público conoce la obra del escultor a la perfección, desde luego mucho más que el conferenciante. Por eso sólo espero que la sala esté vacía. De lo contrario, que Dios nos pille confesados.

Comentarios

  1. Será una conferencia buenísima, como siempre, pero en esta ocasión mucho más por el vínculo que os une... ¡qué buen escultor y qué buen conferenciante!

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  2. con página web y todo?
    a eso no hay quien gane, perdone usted.

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