Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
lo siento mucho
ResponderEliminaren momentos así uno no sabe que decir, quizás un "lo siento" queda esteril, quizás un poco menos que un "te acompaño en el sentimiento". Pero lo siento (valga la reiteración)me he quedado boquiabierto al abrir tu blog y sólo se me ocurre escribir "lo siento".
Lo siento mucho Miguel Ángel. Mi más sincero pésame.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te acompaño en el sentimiento. Hace muy poco murió mi abuelo, así que tengo reciente lo que se experimenta al perder a alguien cercano. Desde el primer momento he estado extrañamente tranquilo, pero también he sentido la necesidad de expresarme, de escribir algo al respecto, así que es lo que he hecho: quizá a ti también te sirva de algo.
ResponderEliminarCésar
Lo siento mucho Miguel.
ResponderEliminarAriadna
Te comprendo absolutamente, MANH. Conozco bien esa experiencia con la muerte inesperada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Miguel: “te acompaño en tu pena”, eso es lo decían los cientos de personas que os arroparon a ti y a tus hermanos, tanto en el tanatorio como en el funeral, dedicatorias funerarias en las coronas “de tus hijos” “de tus primos” “de tus nietos y biznietos” “de la Consejería de Cultura”, de empresas y flores muchas flores, estaban casi todos, pero pienso que faltaba alguien, tal vez fuese ese hombre entrado en años al que la gente miraba como a un extraño, que no figuraba su nombre en ningún recordatorio, el mismo que durante el funeral dio un espectáculo lamentable, no siguió la ceremonia como hicimos los demás, levantándonos y arrodillándonos a los mandatos del oficiante y que tuvo el mal gusto de estar sollozando y llorando de forma ruidosa, durante todo el acto, pienso que seria el pladiñero de turno.
ResponderEliminarMiguel: como comencé “os acompaño en vuestra pena”
juanitagonzalezdios
Debe ser un signo de los tiempos enterarnos de las cosas y comunicar nuestros sentimientos a través de estos medios.
ResponderEliminarCréeme cuando te digo que lo siento, lamento tu pena, tu pérdida y el dolor, y sólo espero y deseo que tengas consuelo.
Un abrazo muy muy fuerte, hasta que te lo dé pronto en persona. Y mucho, mucho ánimo.
Ánimo, mahn.
ResponderEliminarUn abrazo.
Estoy de acuerdo contigo en que "el lenguaje es estéril para traducir la experiencia de la muerte". La pérdida de alguien querido produce un dolor que no se puede exlicar y que nos deshace por dentro. Solo se puede sentir, y llorar hasta conseguir disolver la pena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llego a tu blog encadenando otros mas y me encuentro con unos escritos claros, llenos de calidad, y....con esta serie de post sobre tu duelo.
ResponderEliminarPor si te apetece leer mi experiencia, hace unos dias escribí sobre ello en mi entrada "19 dias".
Quien sabe de esto comprende que ya nada es igual, la vida continúa, pero no es igual.
Un abrazo muy fuerte,
Mery