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Finde

Al menos una vez al mes, me toca quedarme un fin de semana en casa de mi madre. Es un momento de regresión a la más tierna juventud. La vida en la huerta, los tiempos lentos, pero también los dolores de cabeza y la completa anulación intelectual. No sé si será cuestión de energías encontradas o corrientes subterráneas, pero lo cierto es que cada vez que me quedo allí me entra hambre y sueño.

Son fines de semana en los que no puedo hacer otra cosa que comer y dormir. Comer, dormir y, por supuesto, ver la televisión con mi madre. Este fin de semana llegué a la bajeza más absoluta y me tragué una película de Marisol, incluyendo comentarios de Carmen Sevilla,una joven promesa del rejoneo y un fulano rubio con pinta de peluquero. Cabriola, obra maestra de Mel Ferrer, homenaje a la rejoneadora Conchita Cintron, sin duda una de las peores cosas que he visto en mi vida. Cosa mala de verdad.


Como no me pareció suficiente, me vi también todos los programas cutres de las televisiones autonómicas, incluso tres misas de popular tv, que según mi madre, es de lo mejor que se ha inventado. Y tiene razón. Las misas de popular tv son puro espectáculo: con una estética de resistencia que merece la pena ser estudiada, parecen hechas en plena persecución de los romanos. Con el alma en vilo estuve, esperando que en cualquier momento entrase alguien para interrumpir tan sublime acto y los llevase a todos a los leones.

Entre misa y misa, intentaba releer Las aventuras de la vanguardia, un libro de Juan José Sebreli sobre los orígenes irracionales del arte moderno. Pero no había manera. La otra opción era el renovado Babelia. Un despropósito: más grande, más fotos, peor. Así que decidí dormirme en la mecedora, con el murmullo del señor ten piedad.

Soñé que era un emperador chino que soñaba que era una mariposa. Y me desperté con un dolor de cabeza que aún me acompaña.

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Comentarios

  1. ¿Crees que ha llegado el momento de dar el salto catódico en nuestros pedroalbertianos maratones al mundo catódico y programar misas de PopularTV?

    Sería una interesante alternativa para si un año no tenemos un "Réquiem por un sueño" o un "Funny games" dignos...

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  2. No tiene nombre los sacrificios que hacen los hijos por los padres, llegar a prostituirte intelectualmente viendo a Carmen Sevilla, (lo de Marisol es lo de menos) y ver tres misas seguidas ojeando de vez en cuando la cara de éxtasis de tu madre, es el máximo de sacrificio exigible a un hijo, si sigues así te veremos en la próxima tanda de beatificaciones del próximo Papa..
    Juanita

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