Algún día, con tiempo, fuerza y ganas de perder amigos, escribiré un post interesante sobre la cuestión. De momento, el sólo hecho de titular así una entrada me causa una enorme excitación (intelectual, por supuesto).
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.
Tengo muchas ganas de leerlo,así que ánimo!!!!No nos asustaremos,lo prometo,eres un gran escritor.
ResponderEliminarFelices doce meses,
Leyre
¿Acaso no tienen los niños suficiente con un padre y una madre como para añadir más elementos a la contienda?
ResponderEliminarEstoy totalmente en contra del contenido de tu futuro post y, por extensión, del de todos los demás.
En tal mundo maravilloso no habría hijos, ni perros, ni mascotas de ningún tipo. No existiría, de hecho, la raza humana, sólo una sociedad secreta de robot masones, que regirían los designios de la humanidad, que, por cierto, se habría extinguido. Pero eso es sólo lo que puede parecer a primera vista y sin pensarlo demasiado. Tras reposarlo un poco, las cosas cambian, y todos vuelven a aparecer.
ResponderEliminarPor cierto, felices doce meses también a la valiente anónima; qué maja es esta gente, por Dios.