Esto no es una lista de lo mejor del año. Porque para hacerla tendría que haberlo leído todo. Y soy consciente de mis límites y gustos como lector. A pesar de leer muchísimo (soy un vicioso del asunto), no me llega para dar cuenta de muchísimas cosas. No me he puesto a contar, pero creo que la cosa sobrepasa los cien libros. A un ritmo de dos o tres por semana salen entre 120 y 140. No llevo un registro. De todos modos, aunque lo llevara, este texto lo escribiría de memoria. Sobre todo porque me gusta pensar, al acabar el año, en los libros que más poso me han dejado, los que he seguido habitando un tiempo después de su lectura. Si me pidieran uno solo, por encima de todos los demás, creo que tendría que quedarme con Madre de corazón atómico , de Agustín Fernández Mallo (Seix Barral). Es el libro perfecto. El que más me ha marcado de todos los que ha escrito. Hasta el momento, mi preferido de su bibliografía era Limbo (Alfaguara) —tengo clavada en la memoria la histor...
Aunque no venga a cuento, aprovecho que aquí hay menos ruido para dejarte mi más sincera enhorabuena. Con la que está cayendo, nunca están de más los motivos de alegría, y más si con como éste. Espero leer pronto esa novela, aunque, por supuesto, espero en vano: yo la leeré tarde y despacio. Preferiría no hacerlo así, pero no puedo evitarlo
ResponderEliminarMuchas gracias, Leandro. Creo que eres de los pocos, muy pocos ya, que frecuentan el blog. Y no te imaginas lo que agradezco que alguien venga a este "no(ha)lugar" que cada vez es menos transitado.
ResponderEliminarSerá un placer que puedas leer mi "Intento de escapada". Y si lo haces despacio, entonces todo habrá tenido sentido. Abrazos.
Enhorabuena desde Francia, Miguel Ángel. Me he enterado de lo del premio en El País Digital, y me he alegrado mucho. Como Leandro, también espero leer tu novela pronto. Tiene mucho mérito lo de tu novela,muchísimo
ResponderEliminarUn saludo cordial,
Gonzalo
Querido Gonzalo,
ResponderEliminarMuchas gracias también. Aún sigo levitando por todo lo que supone esto. Es una oportunidad que jamás habría podido imaginar.
Abrazos desde la patria chica.