Conclusión
Después de estos días de tensión, he estado pensando seriamente en desaparecer de Internet. He abandonado momentáneamente Facebook y estaba decidido también a dejar el blog. Las cosas que he oído o leído me han quitado las ganas de estar aquí, exponiéndome públicamente, mientras otros, escudados en la cobardía del anonimato, llenan de porquería y ruido la red. Además, por momentos, he tenido incluso la sensación de que parecía necesario pedir perdón por cada palabra que decía o escribía, como si me debiese a algo o alguien, como si representara algún partido o ideología, como si fuese algún cargo público que tuviese que guardar alguna corrección política.
Por todas estas razones, había pensado en quitarme de en medio. Pero hoy, cuando me disponía a borrar el blog y darme de baja en facebook, cuando iba con la cabeza baja y achantado, me he preguntado que por qué debería callarme, por qué debería dejar de hablar. Y me he dado cuenta de lo siguiente:
1. Este espacio no se debe a nadie. No es un periódico. No está subvencionado por publicidad. No lo paga nadie. Es mi espacio personal que gestiono como me viene en gana. Así que puedo escribir de lo que quiera
2. No voto a ningún partido, y tardaré muchísimo en volver hacerlo (probablemente nunca). Me la suda el PP y el PSOE, y también IU, y, si acaso, medio respeto a UPyD, pero tampoco me representaría. Así que no tengo compromisos políticos de ningún tipo.
3. No ocupo ningún cargo público; ya lo hice (con más o menos éxito) y espero nunca jamás volver a hacerlo. Así que no peligra mi cargo por lo que diga, ni necesito someterme a nadie.
4. No represento a ninguna asociación. Si en alguna ocasión lo he hecho, ya nunca más nadie habla por mí, ni yo por los demás. Así que sólo hablo y escribo por mí mismo, como Miguel Á. Hernández-Navarro, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Murcia.
¿Miguel Á. Hernández-Navarro? ¿El cuñado del Pedro Alberto Cruz? Pues sí, el mismo. Haga lo que haga, escriba lo que escriba, trabaje lo que trabaje, parece que en esta región pasaré a la historia como el cuñado del consejero. Así es que mejor será asumirlo con naturalidad. Y tener claro que otras cosas hay peores, como no tener familia, o no haberla conocido, o no estar seguro de ello. Además, si hay gente que cree que todo lo que he conseguido en la vida ha sido gracias a que me casé con la hermana de la mujer de Pedro, pues qué le vamos a hacer. Tontos y gilipollas los hay desde que el mundo el mundo, e intuyo que los seguirá habiendo hasta el fin de los días.
He pensado en todo antes de borrar el blog y quitarme de Internet, antes de callar y entrar en el ámbito de los Bartlebys 2.0. Y por primera vez lo he visto todo claro. Claro y meridiano: aquí no me debo a nada, ni a nadie; tengo libertad absoluta para decir lo que pienso y lo que quiero. Nadie me paga la hipoteca, nadie paga mis impuestos, no le tengo que guardar pleitesía a nadie, ni a Valcárcel, ni a Saura, ni a Zapatero, ni a Rajoy, ni al director del Reina Sofía, ni al del MoMA, ni a Obama, ni al Papa, ni al mismísimo Cristo Redimido.
O lo que es lo mismo: que en este blog voy a escribir –y perdón por la expresión, pero es lo más poético que tengo a mano– lo que me salga de los santísimos cojones. Eso sí, con mesura, respeto y responsabilidad.
Y lo haré como Miguel Ángel Hernández Navarro. El cuñado, sí. Pero también –y sobre todo– el hijo de Juan Antonio e Isabel, agricultores y gente humilde de la huerta de Murcia, que se dejaron la piel para que su crío pequeño fuese a la Universidad. Por ellos, que ya no están, voy a escribir aquí lo que me dé la real gana. Y por ellos también, los que me dieron nombre y apellidos, voy a firmar y dar la cara en cada una de las palabras que salgan de mi teclado. Aquí, en este “No(ha)lugar” que no se debe a nadie más. Y al que no le guste, que no mire. O, mejor, que le vayan dando.
Por todas estas razones, había pensado en quitarme de en medio. Pero hoy, cuando me disponía a borrar el blog y darme de baja en facebook, cuando iba con la cabeza baja y achantado, me he preguntado que por qué debería callarme, por qué debería dejar de hablar. Y me he dado cuenta de lo siguiente:
1. Este espacio no se debe a nadie. No es un periódico. No está subvencionado por publicidad. No lo paga nadie. Es mi espacio personal que gestiono como me viene en gana. Así que puedo escribir de lo que quiera
2. No voto a ningún partido, y tardaré muchísimo en volver hacerlo (probablemente nunca). Me la suda el PP y el PSOE, y también IU, y, si acaso, medio respeto a UPyD, pero tampoco me representaría. Así que no tengo compromisos políticos de ningún tipo.
3. No ocupo ningún cargo público; ya lo hice (con más o menos éxito) y espero nunca jamás volver a hacerlo. Así que no peligra mi cargo por lo que diga, ni necesito someterme a nadie.
4. No represento a ninguna asociación. Si en alguna ocasión lo he hecho, ya nunca más nadie habla por mí, ni yo por los demás. Así que sólo hablo y escribo por mí mismo, como Miguel Á. Hernández-Navarro, profesor de Historia del Arte de la Universidad de Murcia.
¿Miguel Á. Hernández-Navarro? ¿El cuñado del Pedro Alberto Cruz? Pues sí, el mismo. Haga lo que haga, escriba lo que escriba, trabaje lo que trabaje, parece que en esta región pasaré a la historia como el cuñado del consejero. Así es que mejor será asumirlo con naturalidad. Y tener claro que otras cosas hay peores, como no tener familia, o no haberla conocido, o no estar seguro de ello. Además, si hay gente que cree que todo lo que he conseguido en la vida ha sido gracias a que me casé con la hermana de la mujer de Pedro, pues qué le vamos a hacer. Tontos y gilipollas los hay desde que el mundo el mundo, e intuyo que los seguirá habiendo hasta el fin de los días.
He pensado en todo antes de borrar el blog y quitarme de Internet, antes de callar y entrar en el ámbito de los Bartlebys 2.0. Y por primera vez lo he visto todo claro. Claro y meridiano: aquí no me debo a nada, ni a nadie; tengo libertad absoluta para decir lo que pienso y lo que quiero. Nadie me paga la hipoteca, nadie paga mis impuestos, no le tengo que guardar pleitesía a nadie, ni a Valcárcel, ni a Saura, ni a Zapatero, ni a Rajoy, ni al director del Reina Sofía, ni al del MoMA, ni a Obama, ni al Papa, ni al mismísimo Cristo Redimido.
O lo que es lo mismo: que en este blog voy a escribir –y perdón por la expresión, pero es lo más poético que tengo a mano– lo que me salga de los santísimos cojones. Eso sí, con mesura, respeto y responsabilidad.
Y lo haré como Miguel Ángel Hernández Navarro. El cuñado, sí. Pero también –y sobre todo– el hijo de Juan Antonio e Isabel, agricultores y gente humilde de la huerta de Murcia, que se dejaron la piel para que su crío pequeño fuese a la Universidad. Por ellos, que ya no están, voy a escribir aquí lo que me dé la real gana. Y por ellos también, los que me dieron nombre y apellidos, voy a firmar y dar la cara en cada una de las palabras que salgan de mi teclado. Aquí, en este “No(ha)lugar” que no se debe a nadie más. Y al que no le guste, que no mire. O, mejor, que le vayan dando.
a las tres y cuarto de la mañana, te dio que ole tus santos cojones, continuando con tu prosa poética...
ResponderEliminarPara mí usted, estimado, será recordado por su No(ha)lugar. Salud!
ResponderEliminarAmén. Sus padres (y suegros míos) estarían orgullosos de sus palabras.
ResponderEliminary pensar que esto tendría que ser un jobi
ResponderEliminarChapeau!!! Por supuesto, que nadie te calle, ¿cerrar tu magnífico blog? ¿Achantarte, anularte? Eso NUNCA.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde mi Wunderkammer, como exprofe y compañera y dando fe de lo genial que has sido siempre.
Muy bien dicho (aplausos)
ResponderEliminarENCARNI
El único motivo válido para dejar de escribir es que uno no tenga ganas de hacerlo. Y aun así, y en según qué casos, no sé yo si ese es un motivo justificado
ResponderEliminarPersonalmente leí cosas de Miguel A. Hernández Navarro que me gustaron mucho, antes de saber quién era; cuando lo conté a alguien llegó la revelación "oficial"; es así, no ha más cáscaras y menos en un lugar tan pequeño como Murcia. Viviendo en un pueblo de ocho mil habitantes nadie te conoce tampoco por tí mismo, sino por ser hija de, nieta de "ah!, es la nieta de...".
ResponderEliminarLe recriminaré sí, una cosa señor Hernández Navarro: cómo se le ha llegado a ocurrir cerrar el blog o dejar sus redes sociales por la presión de gente que, de tenerlos de frente, no le aguantarían ni media frase?. No haga caso, hombre.
Si te fijas la mayoría de "impresentables" que escribe en tu blog comentarios donde solo se distingue una halo de envidia, odio y mala educación son "anónimos" que no han tenido los cojones de dejar ni un e-mail para poder seguir discutiendo sus quejas de una forma más civilizada.
ResponderEliminarPor mi parte espero que sigas escribiendo.
Con tus escritos creas debate, dudas, cuestiones,... y eso es bueno para crecer.
Completamente de acuerdo contigo. Lo que más me ha gustado ha sido lo de "voy a escribir –y perdón por la expresión, pero es lo más poético que tengo a mano– lo que me salga de los santísimos cojones". No se si tomármelo como que vas a escribir lo que te dé la gana, cosa que me parece estupendo, o que cuando escribes a una sola mano en el ordenador...cosa que yo también hago a veces!.
ResponderEliminarBromas aparte, como ya te he dicho en facebook, ole tus huevos. Y quien no quiera ver más allá, pues eso, que le vayan dando 3 metros por donde la espalda pierde su sagrado nombre.
bravo bravísimo!
ResponderEliminarreme
ME ENCANTA!
ResponderEliminarYupi!!! :)
ResponderEliminarA mí me gusta visitar tu blog, además de para nutrirme de información sobre arte, libros, etc., para cuando quiero encontrar opiniones sensatas y encarnadas (embodied), es decir, con cuerpo, con alma, pero argumentadas y expresadas con educación. Me resulta un remanso en el que encontrar algo de 'foco'. Así que a mí me resultaría una pérdida tu desaparición bloguera y me alegro de que no vaya a suceder, al menos por el momento.
ResponderEliminarHola Miguel Ángel
ResponderEliminarLa conclusión, después de como dijiste todas las cosas que han pasado no puede ser yo yo yo
¿Fíjate uno de los comentarios, qué ironía lo de embodied no?
¿Es que tu autoafirmación como individuo libre consiste únicamente en borrar los comentarios que no dicen "totalmente de acuerdo contigo"?
¿Por qué borraste esa hermosa crónica sobre la manifestación de Murcia? ¿Te impide, esa realidad, autoafirmarte? No lo creo.
El error es personalizar. Siento si estos días estuviste con gente que tampoco lograra debatir de una manera no personal.
Bájate un programita por ahí que autocomenta los post de un blog. Tendrás siempre un frío "totalmente de acuerdo".
La muerte, las agresiones, las lecturas, los libros, deberían de valer para algo más de "yo hago lo que me da la gana y lo que me sale de los cojones" y un montón de cosas más que en el fondo es un "sálvese quien pueda". Aparte de una grosería, como cuando después de escribir vas al final y sueltas un "hijos de puta". Es un insulto soez. Si lo piensas. Hijo de una puta. No veo donde está lo despreciable.
Un saludo
Un anónimo
(sólo la policía y el falso mito de la transparencia desearía una realidad donde no existieran los anónimos, los vacío,los agujeros, es decir, LO PÚBLICO, lo que no es de nadie, lo que no es un "yo" ni una "propiedad") Es normal que termines Miguel Ángel en el "I" o "Eye". Se pronuncian como sabes indistintamente en inglés. Del ojo al yo.
Pues muy bien que me parece; sincero y salido del alma, así es como mejor entiendo las palabras.
ResponderEliminarEstimado anónimo, éste no es un foro público de debate. Es mi espacio personal. Creo que va de suyo el hecho de gestionarlo como quiera. El diálogo y el debate, en unos cauces de civismo y respeto, serán bienvenidos. Pero desde luego no toleraré insultos ni insinuaciones perniciosas. Sabes de sobra que el comentario que he borrado (con el que puedo estar más o menos de acuerdo; y cuyo lirismo incluso me parece destacabe; y hasta comparto gran parte de lo dicho; no todo) llevaba a una serie de comentarios donde se me increpaba por ser "el cuñado". Quien quiera puede llegar a esa página cuyos artículos y apreciaciones, por otra parte, he podido compartir en multitud de ocasiones, ya que considero a muchas de estas personas inteligentes y admiro su trabajo. Lo que no podrás esperar es que desde aquí conduzca hacia el comentario anónimo en el que se insinúa que mi texto es interesado y se hace una lectura totalmente sesgada del mismo.
ResponderEliminarComo ves, no he borrado este comentario e intento responderte. Tu argumentación me parece seria y digna de respeto. Eso sí, también gustaría poder hacer lo mismo en tu espacio personal. No sé si entonces ahí tolerarías el debate y la discrepancia. Supongo que eso del "I" y el "Eye" funciona para unos y queda en suspenso para otros.
Otra cosa, lo de "hijos de puta" no logro comprenderlo. Hablas de libertad y tolerancia. Y parece que vienes aquí a censurar mi lenguaje. Hablo y escribo cómo creo conveniente y como me dicta la razón. Estaría bueno que tuviera que dar explicaciones de que digo o hago. Sobre todo porque no he insultado desde aquí a nadie. He dicho que hay muchos hijos de puta. Así, en general. Y eso, no me negarás que es cierto. Si alguien se ha sentido aludido, pues qué se le va a hacer.
Saludos.
olé tus cojones, olé tus escritos y olé esta reflexión. Porque esto está y es. un diario personal no el periodico el pais ni una revista especializada.
ResponderEliminarGracias Miguel por regalarnos pensamiento
olé
De otra niña de la huerta Murciana
y tanto en facebook como en los blog sen borra lo que no te gusta porque es tu casa no la revista de nadie, esto es un diario no el basurero donde se caga cualquiera que encima ni conoces... A ver si los que hacemos uso de las redes vamos a tener que borrar a la gente que no conocemos. Porque se puede echar mierda pero tanta, tanta no
ResponderEliminarEstimado Miguel Angel ten paciencia, como lo que le ha pasado al Sr. Cruz es muy fuerte y claro, tú eres amigo suyo... pues quizás por ese motivo algunas personas mandan comentarios inadecuados al blog...no sé... a ver si se aclara todo pronto, saludos. Marta
ResponderEliminarSe ha ganado usted una lectora.
ResponderEliminarRecorcholis Miguel(no quiero ser grosero)para que luego digan que copias de tu tío, tomate un vasito de vino de los que me ponia mi cuñado Juan Antonio, mejor dos, te haran el efecto de un Valiun,si puedes montar, monta, releete el párrafo que más teha gustado de lo leido dale un sobito a Athena y manda a la mierda el mundo(ahora si soy ordinario).
ResponderEliminarVeras com la terapia funciona.
emilio navarro franco
Me alegra que te re-pensaras la decisión del autoexilio digital.
ResponderEliminarMe ha venido a la memoria una parte del lema de Orson Cafrune, una criatura de Matías Brasca a la que sigo con frecuencia, aunque te pego aquí entera su máxima:
"Si usted quería a alguien que se hiciera responsable de todo lo que dijese, se equivocó de persona... Orson Cafrune habla, y cuando habla dice, no dictamina... y sepa que decir por decir no tiene nada de malo, al contrario... ¿qué importa si lo que digo hoy contradice lo que dije ayer? Por falta de medios de validación uno se perdería de decir cosas tan extraordinarias... ya alguien se ocupará de fundamentarnos... la palabra no requiere justificación ni base empírica, la palabra necesita simplemente ser expresada y que cada cual la interprete a gusto y piacere... que otros opten por el silencio y la cautela... antes de atragantarme con una burrada prefiero toserla hasta escupirla al mundo completamente cubierta por la flema de mi ignorancia y de mi libre albedrío... si digo lo que digo, lo digo por una cuestión lírico genital, quiero decir que porque se me cantan la pelotas, y esa es razón suficiente para mí... "
Salud!
"Los mismos que se niegan a que las instituciones estatales tengan secretos exigen que se borren sus datos personales de Google, anonimato para mí y transparencia para el resto del universo"
ResponderEliminarhttp://www.elpais.com/articulo/opinion/colegas/Mad/Max/elpepiopi/20110128elpepiopi_4/Tes
Por fin. ¡Y que dure!
ResponderEliminarGuau, me has dejado de carton piedra con este post, has escrito con coraje y valentia. Chapo che.
ResponderEliminarDespués de tanto tiempo leyéndote no he conseguido encontrar un sólo párrafo con el que no esté de acuerdo. Y cuando creía que ya te conocía, más o menos, resulta que no dejas de sorprenderme. Excelencia. Es lo que mejor define tus palabras. Y debería ser el prefijo de tu nombre.
ResponderEliminarUna fan declarada.
Te he tenido de profesor hace ya varios años y aún recuerdo (y se lo cuento a bastante gente, a veces para intentar ligar -en vano-) todo lo que aprendí de arte. Me cascaste un cutre 6 en los exámenes; reconozco que nunca fui especialmente estudioso, pero así con todo sigo recordando (esas clases me marcaron)grandes lecciones sobre Duchamp, Manzoni y, en general, sobre el concepto neutral, no valorativo, del arte que proponía ¿Dickie?. Gracias a ti me siento un privilegiado al poder contemplar y desenmascarar el "Torbellino de Amor" de Nedo. ¿Sabes lo que significa eso? ¿Sabes hasta qué punto me has hecho distinto a tanta gente? A lo que voy: no me jodas y mantén este puto blog.
ResponderEliminarGracias, amigo mío, por seguir ahí... (cojoneyah)
ResponderEliminarqueridos todos, muchas gracias por vuestros comentarios. parece que no ha hecho la falta el programa de autocomentar para encontrarse esto lleno de buena gente. desde luego, nada más que por esto, merece la pena seguir. y hacerlo hasta el fin de los días.
ResponderEliminarel mundo no es murcia.
ResponderEliminarque suerte que seguí acá!
Muy recordado Miguel Angel, aquí desde este lejano SUR (URUGUAY), muy contentos de tu decisión personal y de tu pasión al defenderla!!!!!.
ResponderEliminarGracias una vez más por tu orientación (epistolar y personal), y permanente acción disparadora a nuestra reflexión estética.
Muy cordialmente
MÓNICA Y CHUMBO S.Q.
Palmadas fraternales desde México, maestro
ResponderEliminarMás claro el agua, ánimo y es un placer leerte.
ResponderEliminarUn saludo, Mila
pues yo pienso que no sólo deberíamos escribir lo que nos saliera de los santísimos cojones si no representamos o nos subvenciona nadie sino especialmente si ese fuera el caso. el subjuntivo imperfecto es porque no escribo por lo tanto lo que digo es conjetura. en cualquier caso me gusta pensar que así sería y que así es como debería ser.
ResponderEliminargracias por el blog (a todas por todas un feliz encuentro) y por decidir seguir con él.