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Más iPad

Después de casi una semana de uso, no me retracto de la nada de lo escrito en el post anterior. Estoy encantado con mi iPad. Muy poquitas veces un aparatejo inorgánico había llamado tanto mi atención. Espero que womahn no se ponga celosa, aunque confieso que es para estarlo. No me separo de bicho ni a la de tres.

De momento, para lo que más lo estoy utilizando es para la lectura de blogs (con aplicaciones como netnewswire), para navegar por la web (mucho más cómodo que el fijo o el portátil, y con un tamaño más que aceptable), y sobre todo para la lectura de libros y documentos electrónicos. La aplicación de lectura de libros (ibooks) es tan agradable que, incluso antes que en los lectores tradicionales de e-book, uno se olvida del dispositivo y se concentra en la lectura. La lectura de pdfs y otros documentos también es tremendamente cómoda. Hay una aplicación, ianotate pdf, que permite subrayar, anotar e interactuar con el documento. Eso, para la cantidad de artículos que me descargo de bases de datos como JSTOR y otras es una maravilla, y un gran ahorro de papel.

Por supuesto, el iPad también sirve para ver películas, escuchar música y jugar y, aunque confieso que nunca he sido un freak de las consolas, a veces no me desagrada echar el rato entreteniéndome con algunos jueguecitos que no están nada mal. Supongo que para los largos viajes en avión, las diez horas de batería me van a venir de lujo para matar el tiempo improductivo del viaje leyendo, jugando y viendo películas (e intentando, claro está, encontrar la forma de meter mi cuerpo de luchador de sumo en los asientos creados para la familia de David el Gnomo).

Pero no como dije en el post anterior, no todo es perfecto en el iPad. Hay cosas que se le echan en falta, algunas supongo que se irán paliando con las aplicaciones, otras son cuestiones de hardware más difíciles de arreglar, aunque que todo es posible.

Entre las cuestiones de software la más grave para mí sigue siendo la imposibilidad de contar palabras y de insertar notas en Pages. Y es más grave de lo que creía, pues no sólo no te deja insertar notas, sino que te elimina las notas de los documentos que descargas a la aplicación. Como no arreglen esto, o como no aparezca alguna aplicación que permita escribir con notas, el iPad se va a cerrar un mercado en el ámbito de la productividad que podría generar pingües beneficios.

En cuanto al hardware, por supuesto, se echa en falta el puerto usb, aunque también es cierto que no estamos ante un ordenador. Para mí, sin embargo, hay algo que sería incluso más importante y no por los motivos habituales: la cámara. El iPad no lleva cámara. Eso, se puede pensar, realmente no importa, porque hoy todos los dispositivos, casi hasta los cordones de los zapatos, llevan cámara. Llevamos encima el móvil, la cámara de fotos y no tiene demasiado sentido salir a hacer fotos con el tocho del iPad. Pero, sin embargo, la cámara vendría de perlas para el ámbito de la comunicación. Por ejemplo, para hablar por Skype o cualquier otro tipo de aplicación de vídeo. En mis viajes continuos, Skype me viene a las mil maravillas para no dejarme un riñón en teléfono, pero también poder mantener un cierto contacto visual con la familia. Con el iPad esa posibilidad está ya cerrada.

Hay mucho más que decir. Pero tampoco me quiero liar más, entre otras cosas porque me tengo que concentrar en lo que he venido a hacer aquí, que no ha sido precisamente a vender el último cacharro de Apple, sino todo lo contrario, estudiar las formas en el que el arte contemporáneo intenta evitar el dominio de la tecnología a través del uso de tecnologías del pasado. Es decir, que con el iPad estoy cometiendo la mayor de las infidelidades, y ya no solo con womahn, que quizá sabría perdonármelas, sino con Benjamin, Bloch, Marcuse y Heidegger, a los que la cosa no les haría demasiada gracia. O a lo mejor sí. Nunca se sabe.

Comentarios

  1. Ya he leído tu primera entrada sobre el Ipad. ¡Qué suerte tienes! En España, como sabrás no llega hasta "final de mes" (no han dicho aún, que yo sepa, fecha exacta).
    Con el iPhone era reticente, y al final estoy encantado (tengo ya cinco páginas de aplicaciones de todo tipo en él, 64 en total).

    He leído maravillas en blogs especializados, sobre la pantalla del Ipad, sobre su rapidez (gracias al procesador fabricado por Apple, que espero implementen en el Iphone próximo...) En España hasta Arcadi Espada en "El Mundo" se ha atrevido a escribir sobre el Ipad (en su blog creo que puedes encontrar el artículo).
    http://www.arcadiespada.es/2010/04/09/9-de-abril-2/

    Las aplicaciones que tenía en el Iphone algunas me valdrán (se están actualizando para dar soporte al cacharro, aunque hay "listos" que van a sacar las aplicaciones por duplicado en HD y para Iphone. Leí que las apps nativas de Iphone no se ven demasiado bien)

    Pienso ir a comprarme uno, supongo que el que sólo lleva Wifi, para no atarme con otra tarifa de datos a la compañía de turno. Cuento los días para ver aquí este gadget que muchos han criticado antes de que saliera (como pasó con el Iphone)

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