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Deseos in-cumplidos

Como comenté en un post anterior, durante el tiempo en Montevideo no me ha funcionado el teléfono móvil. A la vuelta temía encontrármelo a reventar de mensajes y llamadas perdidas. Pero me he sorprendido tras ver que tenía apenas tres mensajes y cuatro llamadas perdidas, dos de las cuales eran del contestador. Vamos, como cuando me dejo el móvil olvidado unas horas. Esto, que por un lado, me ha hecho respirar aliviado, por otro me ha preocupado seriamente. Me he sentido abandonado por momentos. Apenas nadie había intentado contactar conmigo en estos días. Sólo dos o tres en una semana. Yo, que presumía de tener que dejar sin coger más de la mitad de las llamadas que recibo al día para poder subsistir, ahora había sido abandonado. Juro que por un momento sentí pánico y vértigo. Había conseguido lo que siempre había estado buscando, la tranquilidad telefónica. Y sin embargo, en ese momento, que apenas duró unos minutos, me sentí el ser más solitario de la tierra.

Pero fue tan sólo una ilusión. Casi por arte de magia, como si todos se hubiesen enterado de que había tocado suelo español, las llamadas comenzaron de nuevo. Una detrás de otra, durante la comida, por la noche, en las conferencias, minuto tras minuto, segundo tras segundo. Y yo otra vez he comenzado a no dar abasto. Sin embargo, y aunque pueda parecer paradójico, he recuperado el aliento. Me siento tranquilo: el mundo sigue su curso.

Comentarios

  1. A mi la verdad es que cada día me llaman menos y es verdad, se echa de menos, piensas, ¿es que ya no tengo nada que ofrecer? Me llaman los dos o tres de siempre, los mismos días de siempre y a las mimsmas horas de siempre... Creo que tengo que replantearme mis relaciones sociales...

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  2. Mahn, la gente lee tu blog, sabe que estas en la otra punta del mundo... y no saben que no les va a costar la llamada tanta lana como imaginan!!!

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  3. hola miguel, imagines que lo mismo ha pasado comigo, pero, después de tres meses que estuve ahí en España... He desligado mi móvil de Brasil , y cuando volvi me imaginé que habrían docenas de llamadas y mensajes, lo que no ha sucedido: habian dos mensajes, las dos de la operadora del móvil. Así que mi decepción fué tanta que casí tuve que pagar a un psicologo una sessión extra. Es muy dificil mirar a la verdad de que no somos necesarios, o al menos se allí no estuvieramos, la vida sigue su rumo, tranquila sin nosotros!

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