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Shang

Aunque casi pierdo el avión, al final he conseguido llegar a Shanghai. Una ciudad extraña a más no poder. Nada que ver con Beijing, salvo que está llena de chinos. Pero esto es otro mundo. El capitalismo kitsch y el fetichismo occidental llevado a su máxima expresión. Time Square al lado del bund de Shanghai es la calle mayor de mi pueblo. Una locura y un espectáculo. Un espectaculo que no me gusta nada. Me impresiona la ciudad, pero no sería capaz de vivir aquí ni una semana. Sin embargo en Beijing, con todos sus inconvenientes, no me importaría pasar una temporadita. Mañana visitaré las galerías y el simposium de comisarios de la Bienal. Intentaré escaparme un poco para recorrer alguna callejuela que otra, aunque dudo que hasta el miércoles pueda sacar un minuto.

Comentarios

  1. Sabía que te equivocabas, que tu temor de encontrarte las mismas cosas en Shanghai que en Pekín no estaba fundamentado, es verdad que el Mundo casi se ha convertido en un dejá vu propiciado por el capitalismo mundial con la Globalización, pero en ese casi esta la gran diferencia entre las dos capitales.
    Dentro de un rato será día 7, y parece que fue ayer, pienso constantemente como se sentiría con tus viajes, tus largas ausencias del “brazal”, no cabria el engaño de decir que estabas un poco más allá, creo que estaría devorando informativos de televisión casi las 24 hora, rezando a todas las vírgenes por volver a abrazarte. Descansa en Paz.
    emilio

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  2. Señor mio, andas siempre con unas prisas que yo misma me agoto al leer tus ídas y venidas.
    A ver si te relajas y puedes caminar por esas calles extrañas que comentas, tan ajenas a nuestra cultura.
    ¿Pondrás alguna foto para ilustrar tus andanzas?
    Una experiencia de lo mas impactante la tuya por China. Y yo encantada de seguir tus periplos.
    Un abrazo

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  3. Ánimo con el Jet lag y demás... Un abrazo (por cierto... ¿te habrás aprendido alguna palabreja en mandarín?)

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  4. querido Miguel Angel,
    toma con calma el viaje y, siguiendo mi consejo gastronomico, intenta comerte el sea cucumber, esto es, el pepino de mar. Cuando la hayas conseguido podras entregarte a los 500 metros esfinter y seguro que ganas. Desde Chicago con lluvia y camino, en dos horas de Washington, tu amigo. Fernando

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  5. Me engancho hoy aquí por recomendación directa de Vila-Matas, al que leo en una entrevista sinceros elogios a este blog (entre otros, pero en este me detuve por aquello del paisanaje); seguro que no defrauda. Veo que llego con dos años de retraso. A casi todo llego con dos (o más) años de retraso. Intentaré ponerme al día sin prisas y dejando algún comentario aquí y allá; no te extrañe, pues, recibir alguno a buenas horas mangas verdes. Saludos

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  6. Miguel Ángel! Por una feliz coincidencia, nos encontramos en rincones del planeta fónicamente semejantes: tú en China, yo en Chile. También Santiago tiene su Manhattan particular -aquí, Sanhattan- y sus desigualdades -con toda probabilidad, no tan acusadas como China-. ¡Qué pequeño es el mundo...! Ahora bien, yo todavía no he tenido que hacer cosas tan raras como tú en los taxis :) Que lo disfrutes.

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  7. Queridos todos, muchas gracias por vuestro ánimo. Al final la cosa salió mejor de lo que me imaginaba. En cuanto me pasen las fotos, colgaré más de una para que me veáis el careto de guiri.

    Leandro: bienvenido a esta nuestra comunidad. Espero que la cosa no defraude.

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  8. No lo hace, de momento. Algunas de las cosas que he leído son excelentes, lo que viniendo de mí no sé si puede ser tomado como un elogio, la verdad. Por aquí nos leeremos

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