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Lecturas

Se me acumulan las lecturas. Hoy he hecho un repaso de lo que tengo a medio en la mesita de noche y me he quedado un poco desconcertado.

- Antonio Ortuño, Recursos humanos. Anagrama. Voy por la página 75 y no me está gustando nada. No le veo, la verdad, la virtud a este finalista del Herralde. Aunque, para ser sincero, no me acaba de desagradar.

- W.G. Sebald, Del natural. Anagrama. Lo he empezado hace dos días y quiero acabarlo esta noche. Magnífico, como todo lo que estoy leyendo del alemán.

- Antonio Moresco, La cebolla. Melusina. No voy a seguir con él. Me parece un fiasco considerable.

- Catherine Chalier, Tratado de las lágrimas. Ediciones Sígueme. Interesante, pero demasiado dogmático para el no creyente. El único ensayo que tengo en mi mesita esta semana.

- Blaise Cendrars, Moravagine. Alfaguara. Regalo de un amigo, lo comencé con ilusión y lo he ido dejando poco a poco. La necesidad de locura de estos días hace que quiera acabarlo cuanto antes.

- Alan Pauls, Historia del llanto. Anagrama. Apenas lo he comenzado, pero tiene una pinta fantástica. Me muero por atenderlo como se merece.

Esto es lo que hay sobre la mesita de noche estos días. Sobre la mesa de trabajo, el material acumulado me desborda. 

Para colmo, hoy entro en la librería y me encuentro la última traducción de Giorgio Manganelli, Amore (Siruela), un libro de 1981. Agobiado como voy y sin apenas tiempo para acabar nada, no he podido, sin embargo, evitar comprarlo y comenzar su lectura. Manganelli es uno de mis escritores favoritos, al mismo nivel que Vila-Matas, Beckett o Thomas Bernhard. Ya le dedicaré un post como Dios manda.

Comentarios

  1. Me congratula ver que no soy el único que lleva media docena de libros en danza, aunque yo le concedo gran parcela a los best-seller y la literatura recreativa... eso sí, entre los dos un día podemos abrir nuestra propia Biblioteca... será por fondos...

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