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Mostrando entradas de 2011

Fines y principios

Acaba el año. Ha habido de todo. Bueno y malo. Mi balance es positivo. No me puedo quejar. De hecho, no puedo pedir más. O no debo. Sobre todo si miro a mi alrededor y veo cómo está el patio. Así que este año mis deseos serán para los demás. Porque conozco a muchos que están jodidos. Muy, muy jodidos. Espero que el año que viene les vaya a todos mejor. Que a algunos les vaya por primera vez la cosa bien. Para mí no deseo nada más. Si acaso, que esto dure así algún tiempo. Pero si no lo hace, ya ha sido mucho más de lo que había imaginado. Gracias a todos y feliz 2012.

Tecnologías de segunda mano II (El cine como ruina y el museo como hospital)

Originalmente en Salonkritik En la primera entrega de este texto , hablaba de la Selectric 251, la máquina de escribir anticuada que, en el mundo tecnológicamente avanzado de Fringe, sirve como herramienta de comunicación entre los dos universos paralelos de los que habla la serie, incorporando una especie de aura que convierte la tecnología en “médium” y la sitúa en el dominio de lo mágico y lo esotérico. Otra máquina de escribir obsoleta, también encontrada en una tienda de objetos de segunda mano, en este caso en Vancouver, es la protagonista de Rheinmetall / Victoria 8 (2003), una de las piezas más célebres del artista canadiense Rodney Graham. En la obra, las imágenes de la Rheinmetall –un loop de 10’50’’ filmado en 35 mm en el que aparecen diversos planos de esta máquina de escribir alemana de los años treinta– conviven con el artefacto del que emergen las imágenes, el Victoria 8, un proyector italiano de 1961 que tiene una presencia material en la sala y que dialoga a varios niv

Nostalgia de paralaje

Después de tres meses en Ithaca, regreso a casa, como los turrones El Almendro, por Navidad. Y es ahora, al regresar, cuando comienzo a sentir que realmente me he ido. Ahora, cuando estoy aquí, percibo la pequeña escisión de no haber llegado del todo, quizá porque tampoco me había ido nunca del todo. Es curioso, lo que se deja atrás se hace presente cuando realmente se abandona, y lo que vuelve, se aleja al regresar. Cuando regresé de mi periodo en Williamstown me ocurrió exactamente lo mismo. He leído hoy lo que escribí entonces y creo que sigue sirviendo para describir ese trastorno de la distancia que hace que las cosas se alejen a medida que se acercan, como esa sensación óptica que uno tiene cuando va en el tren y el paisaje parece fracturarse entre lo que se quede atrás y las cosas que se resisten a abandonarnos. A esa ilusión óptica se la suele denominar "paralaje". Quizá tengamos que llamar entonces a esa nostalgia que uno siente al regresar "nostalgia de para

Los peligros de lo cool

En sus trabajos sobre la modernidad, Walter Benjamin escribía acerca de la potencia crítica de lo pasado de moda y las energías revolucionarias contenidas lo anticuado. Frente al ritmo de sustitución de la mercancía, lo obsoleto –el objeto sin el brillo de la seducción– revelaba la verdadera cara del capitalismo, la promesa incumplida de felicidad. Hoy, más de setenta años después, esa fascinación por lo anticuado como herramienta crítica a al progreso sigue estando presente. Sin embargo, en la era del capitalismo avanzado, el mercado ha integrado lo pasado de moda como una moda más, y lo obsoleto ya no es expulsado para siempre del tiempo, sino que regresa ahora bajo la forma de «lo retro», cargado de la nostalgia de un tiempo perdido, pero situado en la punta de lanza de una industria que capitaliza las emociones y las reconvierte en energía necesaria para que el sistema funcione. Como señala Thomas Frank en La conquista de lo cool , lo anticuado se transforma en lo más moderno. Lo r

Pensamientos de marca II

Siguiendo con las tonterías que se me ocurren de vez en cuando, aquí os dejo más pensamientos de marca para que los utilicéis como queráis. Conduce tu inconsciente El vaquero infinito La televisión Real La leche más abyecta

Kindle sorpresa

No sé cómo lo hago, pero cada vez que me vengo de estancia a los EE.UU., acabo llevándome de vuelta un cachivache electrónico. La otra vez fue el iPad . Ahora, el nuevo Kindle de Amazon, la versión touch que no se puede comprar en España. A priori, parecería que con el iPad, cualquier lector de libros electrónicos no tendría demasiado sentido. Sin embargo, después de tener el Kindle durante una semana, me he convencido de lo contrario: la comodidad de lectura que ofrece la pantalla, la ligereza, la integración con los contenidos de Amazon –para los que somos asiduos de la tienda–... merece la pena. Más de uno ya me ha preguntado que ahora qué es lo que uso, el iPad o el Kindle. Y la respuesta que doy es: cada cosa tiene su cosa. Y cada cosa sirve para lo suyo. El iPad lo sigo utilizando –aparte, por supuesto, de sus utilidades como entretenimiento (juegos, música, películas...)– para trabajar especialmente en la lectura de Pdfs. Dos programas me han hecho la vida profesional más fácil:

Pensamiento de marca

Por alguna razón que se me escapa, he pasado la semana sin poder conciliar el sueño. En los momentos de delirio, no he podido evitar que continuasen viniéndome a la cabeza estas imágenes de "pensamiento de marca". La moda más multitudinaria La que hace hablar al subalterno El mundo soñado sin catástrofe Y lo que más se lleva en la casa del ser

La moda que viene

Y cierro la serie de esta moda filosófica con lo que más se llevará en "la comunidad que viene".

Culture Industry. Impossible is Nothing

Para hacer frente a la crisis de la Industria Cultural, nada mejor que equiparse como manda la dialéctica negativa.

Just think it

Y entre twittería y twittería, mientras acabo las reseñas de Exitbook y uno de los capítulos del libro sobre el arte y la obsolescencia, se me ha ocurrido esta idea para una camiseta. En cuanto vuelva, me la hago. Y por supuesto, llevaré los complementos a juego. Hegel, Marx y Lacan es lo que mejor le viene si te gusta lo retro.

#novelascutres

Como Twitter es un lugar sin memoria y todo se pierde, dejo aquí algunas de las twitterías que el otro día me mantuvieron entretenido un rato. El talento de Mr. Proper El de Camarón Juego de Trenas Está lento de lo demás El beso de la mujer de Azaña Iiiii iii iiii Bouvard y Pacoche A Jerez de la Frontera, al lado del Sol El viaje horizontal El retrete de Dorian Gray Pereira no se sostiene, El miedo del portero al saque de banda Ciudad de metacrilato La lavadora, instrucciones de uso Tokio Fado (Lisboan wood) Confesiones de una careta Los amigos de Pascual Duarte Rinconete y Asperger

Tecnologías de segunda mano I (Fringe y los límites de la melancolía)

Originalmente en SalonKritik "Frente al temor de quedar pese a todo a la zaga del espíritu del tiempo y a ser arrojado al montón de barreduras de la subjetividad desechada, es preciso recordar que lo renombradamente actual y lo que tiene un contenido progresista no son ya la misma cosa. En un orden que liquida lo moderno por atrasado, eso mismo atrasado, después de haberlo enjuiciado, puede ostentar la verdad sobre la que el proceso histórico patina." –Th. W. Adorno, Minima moralia . Selectric 251 En A New Day in the Old Town , el primer episodio de la segunda temporada de Fringe , el cambia-formas Lloyd Parr usa por primera vez la Selectric 251, una máquina de escribir que, a través de un espejo, parece tener la capacidad de comunicar los dos universos paralelos que articulan la serie. Este “telégrafo cuántico” –como lo califica Walter Bishop en otro episodio– parece funcionar casi como un chat analógico en el que el papel hace las veces de pantalla: el usuario escribe un

Fin del mundo

Al final, el viernes pasado el mundo no acabó y parece que tendremos que esperar a 2012, como dice el calendario Maya y más de un agorero, para que la cosa explote del todo. En cualquier caso, lo curioso es que esta serie de fantasías apocalípticas, que se repiten insistentemente desde hace unos años –aunque nunca se han ido del todo–, coinciden hoy con un momento en el que, en efecto, la posibilidad de un futuro mejor parece no existir o directamente es negada. La crisis económica ha puesto de manifiesto una percepción de la contemporaneidad como un tiempo sin resolución posible. Precisamente uno de los centros de debate de la filosofía contemporánea tenga que ver con esta ausencia de prognosis y falta de creencia en un futuro por venir. Después de la Modernidad, que privilegió el progreso y utopía, y de la Posmodernidad, que se encerró en el complejo de culpa y se quedó anclada en la revisitación del pasado, la Contemporaneidad se muestra como una época de presentismo radical. Una ép

Cena de gala

Siguiendo con Adorno y la actualidad de sus microensayos de Minima Moralia, no puedo evitar transcribir un pasaje de cena de gala , que describe a la perfección el sentido de la cultura burguesa como cultura de consumo: " Cena de gala . (...) Como la clientela de la sociedad de masas desea estar inmediatamente a la última, no puede dejar escapar nada. Así como el aficionado del siglo XIX era capaz de asistir sólo a un acto de la ópera por su actitud un tanto bárbara de no permitir que ningún espectáculo pudiera acortar el disfrute de su cena, con el tiempo la barbarie actual, a la que se le ha privado del recurso a la cena, no puede de ningún modo saciarse con su cultura. Todo programa debe seguirse hasta el final, todo best-seller, debe leerse y toda proyección ha de presenciarse, mientras dure en la brecha, en las salas principales. La abundancia de las cosas consumidas indiscriminadamente se vuelve funesta. Hace imposible orientarse en ella, y así como en los monstruosos almace

Encrucijada

Rebuscando en Minima Moralia , me encuentro esta cita de Theodor Adorno de hace sesenta años: "Ninguna obra de arte, ningún pensamiento tiene posibilidad de sobrevivir que no conlleve la renuncia a la falsa riqueza y a la producción de primera calidad, al cine en color y a la televisión, a las revistas millonarias y a Toscanini. Los medios más antiguos, los que no se miden por la producción en masa, cobran nueva actualidad: la de lo marginal y la de la improvisación. Sólo ellos podrán eludir el frente único del trust y la técnica. En un mundo en el que hace tiempo que los libros no parecen libros, sólo valen como tales los que no lo son. Como en los comienzos de la era burguesa tuvo lugar la invención de la imprenta, pronto llegará su revocación por la mimeografia, el único medio adecuado, discreto, de difusión." ( Minima Moralia. Reflexiones desde la vida dañada. 1951. Madrid, Taurus, 1999, p. 48). La cosa da que pensar. Hoy estamos en esa misma encrucijada.

Artes y ciencias

Una de las cosas que siempre me han sorprendido de las películas americanas sobre la universidad es la manera en la que parecen estar estructurados los estudios. Eso de que la chica salga de clase de física teórica y se meta corriendo en la de literatura francesa del siglo XIX para acudir después a un seminario sobre el amor en el arte medieval del sur de Asia; eso, a mí siempre me ha puesto de los nervios y me ha llevado a hacerme una y otra vez la misma pregunta: ¿pero qué narices estudia esta gente? ¿Qué carrera es esa en la que uno elige las asignaturas al tuntún? Es curioso que haya tenido que venirme aquí para enterarme por fin de que la cosa es realmente así. El estudiante americano, excepto en algunos casos específicos como Derecho o Medicina, se gradúa en artes liberales –Arts & Sciences– y ya más tarde se especializa en algo concreto. Supuestamente el plan Bolonia de las universidades europeas tiende hacia ese modelo. Pero no llega ni de lejos. En España a nadie se le pas

Escribir, perder historias

Es curioso lo rápido que se olvida uno de las cosas, o lo rápido que pasa página. Antes siquiera de haber recibido una respuesta (positiva; porque esta gente no responde si es que no) de editores o agentes, ya me he comenzado a olvidar por completo de la novela que, con todo el esfuerzo del mundo había conseguido escribir. En el momento en el que imprimí los casi 300 folios, y aun sabiendo que había miles de cosas que podía mejorar –si supiera, claro está–, la cosa ya dejó de tener sentido. Y ahora, si digo la verdad, hasta me da igual que se publique o no. Yo ya he conseguido lo que quería. Acabarla. Saber lo que pasaba, contar una historia. El resto no importa demasiado. A mí me da de comer otra cosa. Lo curioso es que, durante el tiempo en el que la estaba escribiendo, no dejaba de pensar en los posibles lectores, en la gente que querría que la leyese, en lo que podía gustar o no gustar, en enviarla a premios, a editoriales de prestigio... era una manera de mantener la ilusión. Pero

Zombis antisistema

La segunda temporada de la serie The Walking Dead se ha convertido en una de las sensaciones del Otoño y, con ella, los zombis han vuelto a estar de actualidad. A diferencia del fantasma, que es un alma desencarnada, el zombi es un cuerpo sin alma. Es pura carnalidad animal, sin recuerdos, sin memoria y sin pensamiento. Y con un solo cometido: satisfacer su pulsión de alimentación. Una pulsión que, sin embargo, es humana y no animal –según Freud, los animales no tienen pulsiones, sino necesidades e instintos–. Por mucho que coma, el zombi nunca está satisfecho, siempre tiene un hambre voraz. Su deseo nunca puede ser colmado. El zombi de The Walking Dead, además, como su nombre indica, es un caminante. No para quieto en ningún lugar. Es un sujeto nómada que siempre se está moviendo de un lado para otro, como si hubiera entrado en algún tipo de loop del que ya no puede salir. Hoy, en cierta manera todos vivimos como esos zombis. Vamos de un lado para otro y a veces ni siquiera sabemos po

Lección de Anatomía

Seguimos con las clases breves de historia de la imagen. Rembrandt van Rijn, Lección de Anatomía del doctor Tulp , 1632. La herida abre cuerpo a la mirada. Luz exterior que ilumina la escena. Luz de la razón. Inicios de la mirada médica. Ya no es el cuerpo de Cristo, sino el de un humano cualquiera. Cuerpo anónimo. Pura carne, pero aún con dignidad. Lección de Anatomía 2.0. La mirada ha sido sustituída por la foto. La explicación ha sido desplazada por la comunicación instantánea. Una imagen vale más que mil palabras. Una foto más que mil descripciones. Ya no hace falta hablar. "Mira, Gadafi muerto. Aquí, delante de mí, ese cabrón. Aquí, como una puta escoria". [*Adenda: Imagen multiplicada. Espejos digitales. Es la imagen de una imagen.] Lecturas recomendadas: Michel Foucault, El nacimiento de la clínica. Una arqueología de la mirada médica . México, Siglo XXI, 1966 [1963]. Lisa Cartwright, Screening the Body: Tracing Medicine's Visual Culture. Minneapolis, University of

Gadafi y ETA. El zombie y el fantasma

Dos imágenes valen más que dos mil palabras. La imagen contemporánea. Imagen informe, barroca, movimiento, cámara al hombro, visualidad pura. Lo obsceno, la carne, el zombie. La imagen anacrónica. Composición clásica, reposo, forma cerrada, distanciamiento. El velo, el secreto, el fantasma.

Hacia el fin

Hoy es un día histórico. A la noticia del final del régimen de Gadafi –y su muerte– se ha sumado la del cese de la violencia por parte de ETA. Más allá de otras consideraciones, son noticias por las que merece la pena brindar –menos por la muerte de alguien, aunque sea Gadafi, que por el fin de las muertes de tantos–. Así que ya mañana habrá que reflexionar sobre todo ello con detenimiento, pero hoy hay que celebrar. Muchos dirán eso de no echar las campanas al vuelo. Pero creo que sí es para echarlas, y mucho. Mañana quizá haya que tirárselas en la cabeza a más de uno, pero hoy simplemente celebremos. Celebremos de modo agridulce, sin olvidar a las víctimas, sin olvidar estos años. Pero no pretendamos que el escepticismo lo tire todo por tierra. No es el final, pero es un paso tremendamente importante para el final. Es algo muy grande. Mucho más que la copa de Europa y el ascenso a primera división. Y si no lo celebramos y le damos a la noticia la importancia que merece, si nos quedam

Extraña familiaridad

Dos semanas en Ithaca y aún estoy aterrizando. Y por otra parte tengo la sensación de haber aterrizado hace ya mucho tiempo. Es extraño, todo me parece familiar, como si hubiera estado viviendo aquí toda la vida. No tengo la sensación de estar lejos en ningún momento. Es como si todo lo hubiera asumido demasiado pronto. Y, al mismo tiempo, precisamente por eso, por esa sensación de estar aquí desde hace siglos, de no percibir nada extraño y de haberlo naturalizado todo antes de lo previsto, creo que aún no he llegado del todo. Suele ocurrir a veces. Cuando uno asume las cosas enseguida, en el fondo se deja algo sin llenar, un espacio, un tiempo de extrañamiento que es necesario para adecuarse a la novedad. Pasa lo mismo que con el duelo. Es necesario un tiempo para asumir la pérdida. Una transición que, si no se lleva a cabo, luego acaba pasando factura. Aquí tengo la sensación de no haber hecho el duelo del viaje. Y esa familiaridad excesiva de las cosas ahora me comienza a resultar

Casas de citas

Llevo prácticamente dos días haciéndome con los programas de gestión de bibliografía para la investigación. Yo utilizaba Zotero , pero aquí he descubierto Refworks , que funciona mucho mejor, aunque no es gratuito. También estoy empezando a utilizar en serio Endnote . Una maravilla para las citas y las referencias bibliográficas . El problema de todo esto es que al final la investigación se convierte en algo cuantitativo, en una acumulación de citas que no lleva a ningún lado. Como decía en el post anterior, hay demasiada información disponible. Prácticamente está todo. Y esto, que en principio es fantástico para un investigador, puede acabar mandando al traste todo si no se utiliza correctamente, y sobre todo con mesura. Porque los textos corren hoy el peligro de convertirse literalmente en "casas de citas". Las herramientas académicas digitales contribuyen a eso. Es muy fácil llenar un texto de referencias y acabar no diciendo nada nuevo. En la investigación en Humanida

En Ithaca, más leer y menos fotocopiar

Me he vuelto a aislar del mundo del mundo otra vez y me he escapado unos meses a Ithaca, invitado por la Universidad de Cornell para investigar un tiempo tranquilo sobre el arte contemporáneo, el tiempo y la cuestión de la obsolescencia. Ahora, después del tiempo de concentración en la novela –que reposará un rato hasta nueva orden–, me centraré en lo académico y en volver a leer otra vez con calma y sosiego a Benjamin y compañía. Antes, salir a investigar era otra cosa, al menos en el ámbito de las humanidades contemporáneas (algo diferente sería ir a consultar archivos donde hay cosas específicas...), y se pasaba uno el tiempo de la estancia frente a la máquina de fotocopias, vulnerando todos los derechos de autor habidos y por haber, porque aquellos libros y artículos no los iba a volver a ver uno en la vida. Recuerdo mis estancias durante la tesis y la pulsión de fotocopia que tenía por aquel entonces. Irse a investigar era irse a fotocopiar libros y artículos y a desmantelar bibli

Una cosa hecha

Casi in extremis logro terminar la novela y registrarla. Trescientas páginas de devaneos artísticos y migratorios. Por supuesto, aún le queda bastante en repasos y reformulaciones . Pero en lo sustancial, está lo que puede ser el libro. Al final, han podido más las ganas de quitármela ya de encima y cambiar de tercio que las obsesiones de perfección. He asumido que no es lo que yo hubiera querido que fuera y ya está. Le daré aún mil vueltas, y seguro que puede llegar a mejorar, pero en cualquier caso seguirá sin ser esa gran idea que tenía en la cabeza y que se ha quedado en lo que mis capacidades narrativas han podido dar de sí (más bien poco). La cosa es que, una vez terminada, y aun sabiendo que no es lo que había pensado, y que desde luego no soy Vila -Matas ni Houellebecq , ni siquiera Antonio Gala o Boris Izaguirre , ahora toca defenderla a capa y espada. Y empezar a creer una vez se ha descreído. Esta es la única manera, supongo, de ofrecerla a editoriales o convencer a algún

El libro o la vida

En Una vida absolutamente maravillosa , Enrique Vila-Matas reúne algunos de sus mejores ensayos de los últimos veinte años, casi todos en torno al universo de los libros. Frente a la idea extendida de que la literatura nos aparta de la vida y que quien lee o escribe se pierde la verdadera experiencia vital de habitar el mundo, Vila-Matas siempre ha apostado por el libro como otra manera de experimentar las cosas. Una manera diferente, es cierto, pero no por eso menos intensa. Porque leer, como escribir, también es vivir. Los mundos que creamos mientras escribimos, o los que imaginamos mientras leemos, existen realmente y tienen efectos en el mundo físico y tangible. Condicionan nuestras vidas, penetran en nuestras acciones y construyen nuestros pensamientos. Este libro de Vila-Matas, como toda su obra, nos enseña a amar la literatura, y a confiar en la utopía de un mundo regido por las letras. Como señala al final de “Escribir es dejar de ser escritor”, si pasásemos la vida leyendo o e

Eso o nada

Sigo enfrascado en la novela, sin apenas tiempo para otra cosa. Quiero dejarla acabada y registrada antes de partir para Ithaca , pero veo que no hay manera. Y sobre todo, que cansa, mucho. Cansa darse cuenta de que uno no escribe como le gustaría escribir, y que, a la hora de la verdad, el fracaso es la única perspectiva. Hay días que uno se levanta y piensa que lo que acaba de escribir es muy bueno. Pero enseguida cambia de opinión. Y cae en la cuenta de que no sólo no es muy bueno, sino que es malo hasta decir basta. Entonces echa mano de Beckett y de Rumbo a peor y piensa eso de "Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor." Pero no es ningún consuelo. Porque el fracaso duele. Y no deja de ser un puto fracaso. Y comprende uno entonces a los escritores Bartlebys , y quisiera dejar de escribir. Pero luego llega la vanidad y se interpone y pretende ganar la batalla. Y uno se da cuenta de que sigue escribiendo por mera vanidad, por poder publicar al fin la no

Amazon is coming

Amazon llega a España el próximo 15 de septiembre. La noticia ha pasado inadvertida, pero supone una revolución absoluta en el mercado del libro. La venta de libros on-line no acababa de despegar en este país, y quizá por eso Amazon ha ido dejándonos para el final, implantándose antes en Francia, Alemania o incluso Italia. Hasta ahora en España sólo opera medianamente bien Agapea, a la que falta fondo, y los servicios on-line de algunas librerías tradicionales, a los que faltan servicios. Y en estas llega Amazon, con un fondo editorial extraordinario y con unos servicios de envío y unos tiempos que pocos van a conseguir igualar. Como comprador de libros y asiduo de Amazon desde hace más de una década, me alegro muchísimo del desembarco –quizá mi bolsillo, no tanto–. Pero reconozco que si la iniciativa funciona, acabará siendo un grandísimo varapalo para las librerías tradicionales, sobre todo para las más pequeñas. Pero aquí no hay peros que valgan. Las cosas están cambiando. Y no sabe

Septiembre

Ya se ha acabado lo bueno. La tranquilidad del verano, la concentración, el aislamiento, la sensación de que uno puede leer y escribir sin ser interrumpido... todo llega a su fin con el puñetero septiembre. De todos modos, con la que está cayendo, no me voy a quejar. Afortunado soy de tener trabajo y que además trabajar en lo que me gusta. Además, este año he concentrado todas las clases en el segundo cuatrimestre, y en el primero me voy de Visiting Scholar a la Universidad de Cornell , a Ithaca , a la de Nueva York , no la de Ulises , aunque también está bien lejos y no sé cómo llegaré. En tres semanitas , cruzaré de nuevo el océano para intentar aislarme una vez más y seguir investigando y escribiendo. Esta vez, sin embargo, me temo que el aislamiento será menor que en el Clark Institute . Ithaca es también una ciudad pequeña en torno a una universidad, pero intuyo que habrá algo más de vida que en Williamstown , donde había una calle, tres restaurantes y un cine en el que poní

Ni súper, ni ocho

Supuestamente se trataba de la sensación del verano, la vuelta al cine de aventuras de los ochenta y el homenaje a la tecnología de las cámaras Super 8. Sin embargo, desde mi punto de vista, la película de J.J. Abrams resulta un fiasco doble. Primero, la historia. Para conseguir la vuelta al cine tipo Los Goonies o E.T., lo que hace Abrams es coger todo lo que funcionaba de las películas de niños de los ochenta y ponerlo junto. Y, claro, como él es un maestro de la narración, pues aquí funciona. Es una película entretenida y con la que se pasa un buen rato. Pero ya está. Un director como él no puede caer en esa regresión y convertir su película en un pastiche llenó de clichés por todos los lados. Ahora bien, lo que es más indignante es el «juego» con el Super 8. La película pretende mostrar la nostalgia por un medio y una tecnología que ha formado el imaginario de toda una generación. Sin embargo, aparte de lo anecdótico, en la película no hay lugar para el potencial de las cámaras

El instante de la escritura: una lectura (benjaminiana) de Patricio Pron

[Publicado en Salonkritik , 21/06/2011] “Articular históricamente el pasado no significa conocerlo 'tal y como ha sido'. Significa apoderarse de un recuerdo tal como éste relumbra en un instante de peligro”. El comienzo de la sexta tesis sobre la historia de Walter Benjamin alude claramente a la fugacidad con la que aparece la posibilidad de conocer el pasado. Una posibilidad que se abre en un momento y desaparece para siempre. La historia se nos manifiesta en un instante. Y ese instante corre el peligro de desaparecer para siempre y no volver jamás a ser mostrado. Porque la imagen del pasado “pasa de largo velozmente”, y el pasado “sólo es atrapable como la imagen que relumbra, para nunca más volver, en el instante en el que se vuelve reconocible” (Tesis V). Ese instante fugaz tras el que desaparece la posibilidad de conocimiento, ese instante oportuno, sólo puede ser percibido si el historiador se siente convocado en él, si se siente apelado y llamado por

Impaciente

Llevo prácticamente una semana encerrado en mi habitación sin parar de escribir. Desde que regresé del balneario, y tras acabar el texto sobre Bernardí Roig , me he sumergido por fin con tiempo en la novela y estoy disfrutando como un crío. Está claro que estas cosas hay que tomarlas a tiempo completo. En una semana de enclaustramiento he avanzado más que en meses de escritura salteada. Pero sobre todo estoy sintiendo por fin que el mundo del que escribo toma forma, se va espesando y no me deja un momento libre en mi cabeza. Me tiene totalmente absorbido y obsesionado. Sin duda esa es la palabra: obsesión. Y, visto lo visto, creo que sin eso no hay literatura. Y en mi caso, esa obsesión tiene que ir acompañada de concentración temporal. Día, tarde y noche, a todas horas, pegado al teclado del ordenador, repasando una y otra vez, volviendo a los párrafos sin cesar, recomponiendo historias, espesando argumentos, dando voz a los personajes... Eso es algo que yo no puedo hacer poco

Regreso (descansado y leído)

Ya he vuelto. Y, como cabía esperar, el mundo no se acabado. Al menos, no del todo, porque el calor que hace en Murcia sólo se explica si se han dejado abierta la puerta de alguno de los siete infiernos. Qué disparate. Ni dormir se puede. Con el fresquito que hacía en en Alhama de Aragón , que teníamos incluso que taparnos por las noches. Pero bueno, el calor es lo suyo en estas fechas. No me voy a quejar después de la semana de relax que he pasado y que me ha venido de maravilla. Semana de no hacer absolutamente nada. Sólo descansar, tumbado al sol frente a un lago termal, leyendo, bañándome y comiendo. Comiendo mucho y bien. Y es que la mayoría del tiempo la hemos pasado en La Gastroteca del Gran Hotel Cascada, intentando descifrar algunos de los platos del chef , como el kebab deconstruido o Cosmopolitan gelatinado , una maravilla absoluta. Por si me aburría, me fui cargado de literatura y monté en el hotel una minibiblioteca . Womahn decía que se me había ido la mano, y

Missing

Sí, amigos, lo sé, aún me quedan cosas por acabar. Hay textos que aún no entregado y me esperan con urgencia, papeles de la Aneca que están a medio rellenar, informes de tesis por entregar, cuestionarios por responder, reseñas por redactar; la exposición está parada y todavía no tengo claro las obras que hay que fotografiar para el catálogo y las que no, ni siquiera he tenido tiempo de escribir el texto de introducción y los institucionales, hay facturas que se me ha pasado pagar, no sé si acabé del todo las guías docentes, tengo varios mails importantes que contestar, algunas llamadas de teléfono que debería hacer cuanto antes... Cientos de cosas requieren mi atención. Y todas parecen ser muy importantes. Pero lo siento. Lo siento de verdad. Hoy me voy de vacaciones. Me pierdo durante una semana. La única de vacaciones reales en todo el año. Es 1 de agosto. Hasta la semana que viene estaré desaparecido. Desconectaré el móvil, no miraré el mail y no me conectaré a Internet. Me recluir

Save our Bodies

Leyendo sobre la corporalidad, encuentro algunas ideas reveladoras en Paul Virilio . A pesar de su conservadurismo , el francés suele dar el clavo en muchas cuestiones centrales. Y su defensa apasionada del cuerpo frente a lo virtual me resulta más que pertinente en estos momentos: "Hay que volver a bailar. Hay que recuperar el cuerpo. No es una cuestión de moral, sino de corporalidad . Reconquistar el cuerpo mediante la palabra, el baile, la asociación, mediante todo lo que hace cuerpo (...). En el origen de nuestra civilización europea, en el judeo -cristianismo, en los Griegos y los Romanos, está la negación del cuerpo en beneficio del espíritu. Toda nuestra cultura ha consistido en limitar el cuerpo en favor del espíritu. Hasta el horror de los campos de concentración tiene que ver con esa voluntad de eliminar lo corporal. Hoy en día, nos enfrentamos a la necesidad opuesta: rehabilitar el cuerpo." "La invención del siglo XX es el S.O.S. lanzado en 1912 por el Ti

Descubrir

Leyendo sobre la obra de Bernadí Roig , me doy cuenta de que tenemos mucho en común. Veo sus obras, leo sus escritos y observo que estamos en el mismo lugar, al menos en un sitio cercano. Es curioso el modo en el que uno encuentra interlocutores perfectos sin haberlos buscado. Siempre me había parecido interesante su trabajo, pero nunca había profundizado lo suficiente en él. Lo había tenido delante de mis narices y nunca había advertido que estábamos hablando de lo mismo. A veces, los textos de encargo son la oportunidad perfecta para adentrarse en lugares que, de otro, modo apenas veríamos desde la lejanía. Me ha ocurrido con la obra de Jean Fabre y ahora me pasa con Bernardí Roig . Y la pregunta que no ceso de hacerme es siempre la misma: ¿por qué no habría mirado yo aquí antes? Y es que en Bernardí están todas mis referencias centrales: Berhnard , Beckett , Blanchot , y también algunos de los problemas que me han preocupado, especialmente la cuestión de la visión y la mirada.

Borrador

Acabar el primer borrador de tu novela y darte cuenta de que está plagado de todas las cosas que criticas en la literatura. Tópicos, ñoñerías, mal desarrollo, falta de profundidad, falta de ritmo, saturación de datos, falta de intensidad. Querer arreglarlo y darte cuenta de que no tienes las armas necesarias para cambiar nada. Ser consciente que hasta para escribir bodrios es necesario oficio y tiempo, mucho tiempo, y mucho oficio. Estar tentado a dejarlo. Resistir a la tentación. Volver a ser tentado. Escribir un post chorra como este intentando exorcizar algo que no sabes muy bien lo que es. Tomar aire, remangarse y meterse en faena, y sentir que hay que ponerse a fondo a trabajar la cosa si se quiere algo medianamente digno. Temer que ni aun así haya solución posible.

Morralla

El verano es tiempo de relax , de playa y siesta, pero también de cultura, de libro y museo. Y eso es bueno. Al menos, eso creemos. Pero hay que decirlo ya: ni leer libros ni ir a un museo es algo en sí mejor o peor que apedrear perros. Es tan sólo una actividad. Lo importante es leer “buenos” libros y ver “buen” arte. Hay que comenzar ya a hablar de calidad y no confundir cosas. “Libro” es un formato. Pero hay libros sublimes y hay libros terribles, libros que nos elevan y libros que atontan. Hoy nos contentamos con el mero hecho de que la gente lea, sin más. Y con el arte pasa igual. Que vayan a los museos, que vean arte y cultura, como si todas las cosas que están en los museos –o en el espacio simbólico del arte– fueran buenas y relevantes. Pero los museos –igual que las estanterías de las librerías– están también llenos de morralla, de obras absolutamente prescindibles que no aportan nada. Y no sólo los de arte contemporáneo, sino también los museos del pasado. Uno se asoma al Pr

Vanguardia popular

Anoche me escapé un ratito a La Mar de Músicas a escuchar a Ludovico Einaudi . Y me gustó, aunque lo encontré un poco cansino, la verdad. Cada vez que lo escucho, a él, o a Wim Mertens , o a George Winston , o a Michael Nyman , o incluso a Philip Glass, siempre acabo con la misma sensación: esto está bien, me gusta, pero podría haberlo hecho yo. Y no sé si eso es bueno o malo. El mal llamado " minimalismo musical" –mal llamado, porque entre Einaudi y Terry Riley o Steve Reich hay un abismo– siempre me produce esta sensación extraña. Pero en el caso de Einaudi se acentúa incluso aún más, porque, con diferencia, es el más evidente de los compositores de esta manera de hacer. Una estructura armónica fácil (tres o cuatro acordes) y variaciones sobre ellos hasta la extenuación. En esto, más o menos, Mertens , Nyman , Glass y Einaudi comparten lo esencial. Pero desde luego, creo que incluso ahí, en lo mínimo, en el "Sota, Caballo, Rey", hay distancias. Y el