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Mostrando entradas de marzo, 2015

Escritura y contemporaneidad

[Publicado en La Opinión, 28/03/15] Hay libros que sientes que están escritos para ti, que te hablan y te aluden directamente, como si el escritor te hubiera tenido en la cabeza en todo momento como lector ideal. Evidentemente, se trata de una ilusión. Pero no deja de ser sorprendente, porque a veces se establece una intimidad y cercanía con lo leído que va un paso más allá de la habitual comunicación narrador-lector. Algo así es lo que me ocurre con los libros de joven norteamericano Ben Lerner. Su primera novela, Saliendo de la estación de Atocha , la disfruté con una intimidad inusitada. Y, ahora, con 10.04, que acaba de publicar Reservoir Books, esa cercanía no sólo se ha vuelto a producir, sino que se ha hecho aún mayor. Hay algo en su escritura que me cautiva. Tiene mucho que ver, desde luego, con su capacidad de análisis de la realidad, su racionalización de la experiencia, su examen minucioso de las emociones y su desapego irónico respecto al mundo intelectual en el

En el instante del peligro

[Publicado en La Opinión, 21/03/15] La semana pasada hablábamos aquí de la editorial Candaya y de lo difícil y heroico que es montar una editorial en los tiempos que corren. Otra de esas iniciativas locas es Micromegas , el pequeño sello creado en Murcia por Javier Castro y Marisol Salanova , que, centrado en el ensayo sobre arte, ha logrado, también en muy poco tiempo, una gran visibilidad en el contexto español. El último título de su colección, el sexto, es En el instante del peligro: postales y souvenirs del viaje hiper-estético contemporáneo , un texto de Fernando Castro Flórez que vuelve sobre las obsesiones de este profesor y crítico de arte, autor ya de una extensa obra en la que destacan libros como El texto íntimo: Kafka, Rilke, Pessoa o más recientemente Mierda y catástrofe . Con una escritura fragmentaria y plagada de citas –uno puede leer sus textos por arriba y por debajo–, Fernando Castro se interesa una vez más por las mutaciones de la cultura contemporánea

El anticuario

[Publicado en La Opinión de Murcia, 14/03/15] En un tiempo relativamente corto –o largo, según se mire (diez años de trabajo incesante)– la editorial Candaya ha conseguido posicionarse como una de las referencias centrales en la publicación de literatura de calidad en el ámbito español. No es posible hacer una historia de la literatura contemporánea sin pasar por sus autores: descubrimientos españoles (como Agustín Fernández Mallo, Javier Moreno o Miguel Serrano), o escritores latinoamericanos cuya obra han logrado introducir –no sin cierta dificultad– en nuestro país. Autores centrales como Ednodio Quintero, Victoria de Stefano o Sergio Chejfec, que, por las más extrañas razones –que pueden ser resumidas en la dificultad de los libros para cruzar el Atlántico–, no habían tenido aún aquí la repercusión que su obra merecía. Muchos de ellos son ahora piezas indispensables de nuestro mapa literario. Confieso, por ejemplo que en mi comprensión de la literatura hay un antes y un despu

El Imperio de Moyano

[Publicado en La Opinión, Canal de Libros , 07/03/15] Manuel Moyano es uno de los escritores a los que más admiro. No puedo ser objetivo porque es mi amigo y, además, porque esto que escribo me va a servir de comienzo para la presentación de su novela El Imperio de Yegorov en la librería Diego Marín. Pero una cosa es no ser objetivo y otra bien distinta no reconocer el talento. A Moyano lo admiro desde hace tiempo. Y en cierto modo, aunque él no lo sabe, me hice escritor siguiendo sus pasos. La primera noticia que tuve de él fue un domingo de 2002, cuando yo tenía 24 años y había comenzado a escribir relatos. Lo recuerdo perfectamente: había dejado a mi novia –ahora mi mujer– en la casa de mis suegros y regresaba a casa en coche escuchando La torre de papel , el programa que dirigía José Cantabella en Onda Regional de Murcia. Esa noche entrevistaba a un escritor cordobés afincado en Molina que había publicado un libro magistral merecedor del Premio Tigre Juan: El amigo de Kafka y

El cuerpo siente

Te levantas cansado. Los sueños no se van del todo. Sientes algo extraño. Los ojos húmedos. Ganas de llorar. No sabes por qué es. Escribes, lees. Vuelves a dormir. Te levantas aún más raro. Ahora tu tío escribe en tu muro de Facebook. "Lloremos juntos, sobrino", dice. Y caes en la cuenta. Siete de marzo. Siete años de la muerte de tu madre. El cuerpo, a veces, es más sabio que la mente. El cuerpo no olvida. El cuerpo siente. El cuerpo anhela. El cuerpo llora.

Autorreferencialidad

[Publicado en La Opinión - Canal libros ] Una de las cosas que más me fascina de ciertas novelas contemporáneas es la manera en la que el narrador relata cómo ha construido el texto que el lector tiene delante de sus ojos. Se trata, como sabemos, de una de las características centrales de la literatura posmoderna: mostrar las costuras e iluminar el interior de la caja para mostrar que allí no hay magia, sino más bien una serie de decisiones artificiales. Ese trabajo en torno al proceso caracteriza también a gran parte del arte contemporáneo. De hecho, una de las claves del minimalismo norteamericano de los sesenta fue precisamente eso: frente al expresionismo abstracto, que intentaba exponer las verdades del ser y comunicar lo incomunicable, se interesó por cómo se hacen las cosas e inició un modo de trabajar anti-ilusiorio que, poco a poco, culminó en la puesta en evidencia de la estructura de la propia obra. En 1962, por ejemplo, Robert Morris realizó Card file , un fichero en e