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Mostrando entradas de abril, 2011

Deporte agónico

En Elogio de belleza atlética , el pensador alemán Hans Ulrich Gumbrecht observa la necesidad de valorar el sentido estético del deporte y su contribución necesaria a nuestra experiencia de conocimiento del mundo. Frente a un “régimen de significado” –el de la razón–, Gumbrecht sostiene que el deporte pertenece al “régimen de presencia”, una modalidad de experiencia sensorial que está en el mismo lugar que la música o el arte. Una experiencia que, además, nos habla de la potencia de lo humano y de la posibilidad de franquear los límites del cuerpo. Según esta visión, el deporte tiene más que ver con el areté griego que con el agón, ya que más que el aniquilamiento del otro, lo que se pretende es la superación de los propios límites del deportista. Esta visión del deporte como virtud, como superación de las propias capacidades, se encuentra, sin embargo, en crisis en el momento presente. Y es que el deporte contemporáneo, bajo la presión de del espectáculo y de la economía, ha comenzado

Paradójica satisfacción

Entrar en la librería. Encontrar en la mesa de novedades Cuaderno [...] duelo . Esbozar una sonrisa. Ver el pequeño montoncito elevado sobre la gran pila de 1Q84 , la última novela de Murakami . No dar crédito. Observar cómo una chica bellísima se acerca a la mesa y toma el libro entre sus manos. Esconderse detrás de una estantería y mirar fijamente cómo lee la contraportada . Sentir, momentáneamente , que escritor y libro son la misma cosa. Disfrutar en silencio. Acercarse entonces, como quien no quiere la cosa, y ponerse a mirar también los libros de la mesa. Encontrarse allí Bélgica , el último libro de Chantal Maillard . Abalanzarse sobre él como si a uno le fuera la vida en ello. Abrirlo y comenzar a emocionarse. Saber que allí está lo que Cuaderno [...] duelo hubiera querido conseguir. Escritura. Escritura absoluta. Olvidar entonces la presencia de la chica bellísima . Pagar y salir de allí con el libro debajo del brazo. Mirar por el rabillo del ojo y advertir que la chica ha

El amor, el amor

Vuelvo momentáneamente a Roland Barthes . Releo Fragmentos de un discurso amoroso y me adentro en El discurso amoroso, que recoge las notas del seminario que dictó entre 1974 y 1976 en la École des hautes études en sciencies sociales. Me encuentro aquí figuras nuevas no incluidas en el célebre primer libro. Como no podría ser de otro modo, vuelvo a caer fascinado por la prosa de Barthes . Y me conmuevo con muchas de las frases que salpican las más de seiscientas páginas del libro. Algunas son para tatuárselas por todo el cuerpo y no borrarlas jamás. "Soy asimétrico con respecto al mundo". "Mil parásitos se alojan en mi voz y la extenúan: patino sobre mi propio discurso". "Sólo reescribo, hasta el infinito: no sabría a quién desear, no sabría qué hacer, sin libro para guiarme. Siempre encuentro un libro que da cuerpo (lenguaje, anécdota, emoción) a mi deseo". "Cuando llega, la plenitud destruye el tiempo: quédate un poco más, momento tan bello

Escritura automática

Como sucede desde hace algún tiempo, vuelvo a comenzar un post diciendo «tengo el blog abandonado». Y la verdad es que es así. El trabajo, las clases, los textos, pero también la música o el tiempo libre, me dejan poco tiempo para la escritura; o mejor, para la escritura lúdica, porque la verdad es que no hago otra cosa que escribir. Desde que me levanto hasta que me acuesto. Escribir textos rápidos para el periódico, escribir tweets para tweeter, escribir sms, escribir estados de facebook, escribir comentarios en estados de facebook, escribir las clases que doy, escribir las conferencias, escribir los artículos, escribir los ensayos, escribir prácticamente todo menos aquello que realmente me gustaría, eso que uno siempre pospone y que nunca debería hacer: la escritura creativa. Siento que últimamente la mayoría de las cosas que escribo son mera composición de palabras. Uno le va pillando el truco a esto de juntar palabras y juntar ideas, y al final la cosas salen así, como mera juntu

Suicidio

En “El escritor creativo y la ensoñación”, sostiene Freud que un escritor es aquel capaz de convertir en universal la imaginación personal. La clave del arte de la escritura será, para el psicoanalista, comunicar aquello que es la experiencia subjetiva de tal modo que sea imaginable por el otro. El éxito de una obra está en la capacidad de transmitir en el ámbito de lo común y compartido aquello que es experimentado exclusivamente por el individuo. Esto es lo que ocurre –y de qué modo– con “Suicidio” , de Édouard Levé (451 Editores) , una de las mejores obras que he leído en los últimos tiempos. Un pequeño libro que se lee a breves sorbos, poco a poco, teniendo que levantar la vista para asumir lo terrible de cada una de las afirmaciones. Este texto magistral, el último del escritor francés, fue entregado a la imprenta dos días antes del suicidio real del escritor, que contaba en ese momento con cuarenta y dos años. Uno lo lee buscando el verdadero motivo de una muerte tan trágica como

Nausicaä

La editorial Nausicaä ha renovado su página web. En ella ya se puede comprar directamente Cuaderno [...] duelo y descargar las primeras páginas. No tengo suficientes palabras de agradecimiento para todos, en especial para su director.

Desastres sublimes

La semana pasada reflexionaba aquí sobre la relación entre las imágenes que se mostraban de los bombardeos de Libia y algunas imágenes abstractas del arte moderno. Por lo que se ve, la columna causó algo de confusión y algunos pensaron que de lo que hablaba era de los bombardeos como obras de arte. Por supuesto, nada que ver con la intención original, que precisamente caminaba hacia el lugar contrario: considerar las obras de arte como parte del mismo régimen visual que produce las imágenes militares. Por otra parte, la relación entre las imágenes de la catástrofe y las imágenes artísticas no es, ni mucho menos, nueva. La idea romántica de lo sublime como belleza de la catástrofe y poesía de lo terrible ya ponía en juego la posibilidad de la emoción y la catarsis (de elevación positiva y transformadora del espíritu) a través de imágenes del desastre. Cuando, después del 11-S, el músico Karlheinz Stockhausen, sugería que la imagen de las Torres Gemelas cayendo era una Ge

Cuaderno [...] duelo

Queridos lectores de este No (ha) lugar: Estáis todos invitados a la presentación de Cuaderno [...] duelo , que tendrá lugar el jueves 7 de abril (es decir, mañana) a las 20h en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Murcia. El libro está publicado por la editorial murciana Nausicaä y la imagen de portada es un dibujo de Javier Pividal. En la presentación intervendrán Lola López Mondéjar (escritora y psicoanalista) y Antonio Parra (escritor y profesor de la Universidad de Murcia). Os copio aquí el texto de la contraportada: Cuaderno [...] duelo es un ejercicio literario sobre la posibilidad de la palabra frente a la muerte del otro. Situándose en la herencia de una escritura reflexiva a medio camino entre la narrativa y la filosofía —en la que puede intuirse la presencia de autores como Beckett, Blanchot o Bernhard, pero también de Bataille, Nancy o Rosset—, los cuatro textos que componen el libro proponen un viaje desde la autobiografía hasta la f ... icción, pasando de lo

Ram_trip: De la nueva historiografía a la literatura trastornada

Publicado originalmente en Salonkritik “El mundo de las últimas cosas, ahora convertidas en imagen ” (José Luis Brea) “Un lugar en el que el tiempo se expande elásticamente sin dejar de ser un solo tiempo” (Agustín Fernández Mallo) En una serie de artículos recientes, Ernst van Alphen ha acuñado el término “nueva historiografía” para referirse a la inclinación de un gran número de artistas visuales contemporáneos a trabajar sobre la historia y el pasado. Como un paso más dentro de las poéticas del archivo y la reflexión sobre la memoria –cuestiones centrales del arte en los noventa y principios del nuevo siglo–, esta actitud pretende activar el pasado a través de la actualización de lo histórico mediante un trabajo de “postproducción” de la realidad heredada. De este modo, los artistas trabajan como historiadores en el sentido benjaminiano del término: como traperos de la historia, reuniendo fragmentos y construyendo –nunca reconstruyendo– un nuevo vestido –un nuevo prese

Punto y línea sobre el plano (de Libia)

En La guerra del Golfo no ha tenido lugar , Jean Baudrillard hablaba por primera vez de la guerra televisada, del modo en el que el combate contemporáneo se llevaba a cabo más en los medios que en el terreno real. Observaba que la capacidad de simulacro de los medios de masas contemporáneos había llegado a ser tan eficaz que incluso era posible fingir una guerra, hasta el punto de que las imágenes mostradas no tenían por qué coincidir con las del conflicto real. La televisión creaba y producía la guerra. Veinte años después, la capacidad de los medios para producir simulacro ha ido en aumento. Y las imágenes que nos llegan de la guerra de Libia, como muchas de las que ya recibimos desde Irak, son imágenes absolutamente abstractas. Abstracción pura que recuerda a las composiciones suprematistas de Malevich o a las pinturas de Kandinsky. Luces en el cielo, movimientos de puntos en un radar, cruces, dianas, objetivos que se desplazan, y casi ningún sonido. Ayer, en varios telediarios, mos