Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2007

Luces y sombras

Violando los protocolos, me demuestro que puedo estar frente al ordenador aunque sea sólo unos segundos. Todo es nuevo ahora. Parece que realmente hubiese recuperado la visión total, como si en estos años no hubiese visto realmente. Me fijo ahora en todos los detalles. Los estímulos del mundo me saturan. Aunque la luz aún me incomoda un poco. Lo peor, sin duda, son las luces por la noche y los halos que desprenden. Es como si estuviera en una ensoñación continua. Aunque de momento estoy mejor en la oscuridad. Es lo que necesitaba para convertirme al fin en un escritor de sombras. ---

Veo

Veo. Pero escribe womahn. Yo, hasta dentro de unos días, no podré sentarme frente a la pantalla. Aunque ahora no puedo abrir los ojos, he comprobado que la operación ha salido bien. Me he mirado en el espejo y por fin, tras quince años, he visto mi rostro sin gafas. Me he dado cuenta de que los cristales estaban trucados. Ya sé por qué me ladran los perros. Ahora estoy como el ciego de Diderot, descubriendo el mundo de nuevo. Ya os contaré. Nota de la transcriptora: me tengo el cielo ganado.

(Lá)Ser o no ser

Mañana me opero de los ojos. Una intervención láser en la que, si todo va bien, me quitarán la miopía y astigmatismo que me han hecho ver el mundo con la barrera de las gafas durante toda mi vida. No se trata de estética. Me gusta llevar gafas. Me dan el toque intelectualoide que necesito para ser moderno. Pero soy tan dependiente de ellas que últimamente me las tengo que poner incluso para cosas que mejor no digo. No es desconfianza, sino que me gusta ver con quién estoy. Y eso a veces no se entiende bien. El colmo es que ya me las pongo hasta para ir al baño con la luz apagada. Si no, me agobio y me orino encima. Así que ha llegado el momento. Me he armado de valor (y de unos cuantos miles de euros) y mañana me enfrento al láser. Dicen que es rápido e indoloro. Pero que la recuperación lleva su tiempo. Varios días sin ponerme frente a la pantalla del ordenador y sin ver la tele. Y lo que es más grave, varios días sin leer ni escribir. Eso sí que me va a matar. No sé si lo resistiré

Finde

Al menos una vez al mes, me toca quedarme un fin de semana en casa de mi madre. Es un momento de regresión a la más tierna juventud. La vida en la huerta, los tiempos lentos, pero también los dolores de cabeza y la completa anulación intelectual. No sé si será cuestión de energías encontradas o corrientes subterráneas, pero lo cierto es que cada vez que me quedo allí me entra hambre y sueño. Son fines de semana en los que no puedo hacer otra cosa que comer y dormir. Comer, dormir y, por supuesto, ver la televisión con mi madre. Este fin de semana llegué a la bajeza más absoluta y me tragué una película de Marisol, incluyendo comentarios de Carmen Sevilla,una joven promesa del rejoneo y un fulano rubio con pinta de peluquero. Cabriola , obra maestra de Mel Ferrer, homenaje a la rejoneadora Conchita Cintron, sin duda una de las peores cosas que he visto en mi vida. Cosa mala de verdad. Como no me pareció suficiente, me vi también todos los programas cutres de las televisiones autonómicas

El dolor de la contención

Ricardo Menéndez Salmón (Gijón, 1971) es uno de esos escritores que, sin hacer demasiado ruido, poco a poco ha ido fraguando una obra sólida, seria e inteligente. Después de una serie de novelas y colecciones de relatos publicados en pequeñas editoriales, el salto a una editora como Seix Barral es sin duda un paso decisivo y necesario en la trayectoria de un escritor no convencional como es el caso de Menéndez Salmón. Un autor que, desde un principio, ha dado muestras de una escritura intelectual, plagada de referencias culturales, en el límite muchas veces del ensayo o la filosofía. En La ofensa (Seix Barral, 2007), esta escritura inteligente y sutil configura una novela que pausadamente va creando un universo de sensaciones incómodas que hace que el lector, casi sin darse cuenta, acabe con un regusto amargo. Una sensación producida también por una escritura distanciada, que narra la catástrofe casi desde la ataraxia, con la misma indiferencia que el protagonista desarrolla ante el do

Prodigios

A mi padre le abrieron la cabeza de un golpe seco. Por eso todos se extrañaron cuando comenzó a brotar agua de su cerebro. Yo sólo puedo contarlo en los días fríos; en los calurosos, me evaporo. ---

Metáforas de la creación

Después de ‘Viajes por el Scriptorium’, vuelve Paul Auster a las librerías. Pero en esta ocasión no con una novela, sino con un guión. El guión literario de su primera experiencia como director de cine. Ya antes había realizado incursiones en el guión, algunas tan interesantes como ‘Lulu on the Bridge’ y sobre todo ‘Smoke’. Ahora, sin embargo, se embarca en una aventura en solitario que, a tenor de los muchas críticas recibidas, parece más que fallida. No he visto la película, pero el guión es realmente decepcionante. Sin duda, los más austerianos disfrutarán de lo lindo, porque, igual que los inmediatamente anteriores viajes por el escritorio, el guión explora el propio universo creativo del autor. En este sentido, ‘ La vida interior de Martin Frost ’ retoma de nuevo la formación del mito del escritor con el que Auster ha trabajado desde un principio, reforzando esa idea heredada del escritor solitario que se enfrenta a sus miedos y sus recuerdos en una habitación, aislado del mundo,

Indecisión

¿Por qué has dejado de escribir?, pregunta el hombre de gris. Yo no sé qué responderle. Entonces me levanto del fango, hago como que estoy vivo, me siento frente al ordenador y escribo estas líneas. Perfecto, dice el hombre de gris, no queda ya nada en tu mente digno de ser contado. Vuelve al lugar donde te escondes. Nadie irá allí a buscarte. ---

Todo lo que no he escrito

El otro día, volviendo de Londres, el avión hizo un extraño giro y comenzó a caer en picado hacia al mar. Fue sólo un instante, pero lo suficientemente intenso para que se me pasaran por la mente toda serie de cosas. Sin embargo, y me pesa reconocerlo, no pensé en mi mujer, en mi madre, en mi amante o en mis dos hijos pequeños. Lo único que se me vino a la cabeza es que, al morir, mi obra literaria iba a quedar inconclusa , que apenas había escrito nada y que me quedaban muchas cosas por hacer. Dicen que antes de morir, transcurre frente a uno toda la historia de su vida. Pero a mi mente no se acercó nada de lo que había vivido. En cambio, sí lo hicieron todas las historias que podía haber escrito, una tras otra, desarrolladas y estructuradas perfectamente. Cientos, quizá miles de historias, algunas de las cuales me habrían hecho seguro pasar a la posteridad. Me vi desbordado por todo aquello mientras el avión parecía caer sin control hacia el océano. La gente chillaba, rezaba e intent

Soy persona

Encuentro como puedo un wifi libre en Karlsruhe. Parece mentira que un centro de arte y tecnología como el ZKM no tenga una red en condiciones. Lo único importante es que ahora ya soy persona. Después de mi intervención en el congresos, vuelvo a la normalidad. Me pongo cardiaco cada vez que tengo que hablar en inglés. Y ante un público como este aún más. Pero parece que la cosa ha ido bien. Por lo que se ve, he conseguido indignar a todos los anglohablantes, desde Hans Belting a la comisaria del Guggenheim. Y eso no está mal. He hecho una crítica muy dura de eso que nos quieren vender como el arte global, y una defensa del español como lengua académica, que no ha gustado demasiado por estos lugares. Mientras decía que nos estaban dando gato por liebre, los comisarios orientales me miraban con los ojos inyectados en sangre, como si se les estuviera descubriendo el negocio que hay bajo este sistema global de las artes. El título del encuentro era "Dónde es el arte contemporáneo?&quo

Vaya semanita

Esta es una semana de aupa. Después de la experiencia londinense, ayer parlamenté sobre Paul Auster y la muerte en el ciclo Lecturas sobre la Muerte, que organiza la Sociedad de Filosofía . Hoy, mañana y pasado, tenemos el Seminario de Judy Chicago en el CENDEAC . Y el jueves salgo para Karlsruhe a seguir parlamentando en un encuentro sobre arte y globalización en el ZKM . Con este ajetreo lo que no sé es cómo sigo engordando. Será porque como a deshoras (y no dejo de comer a horas).

Come Back 2

Por cierto: La vida privada de Martin Frost , lo último de Paul Auster me dejó más que frío. No sé cómo será la película, pero el guión es flojo, flojillo. Quizá para un corto de no más de 15 minutos podría dar, pero no más. Uno tiene la sensación de que la historia (una tontería de las grandes) se alarga innecesariamente. Admiro profundamente a Auster. Leo absolutamente todo lo que publica. Me parece alguien que tiene mucho que decir. Pero aquí, y mucho más que en Viajes por el Scriptorium (que a los austerianos creo que nos gustó), se advierte un agotamiento difícil de sacar adelante. Le deseo, en cualquier caso, la mejor de las suertes con la película, aunque intuyo que no calará demasiado. Yo, de todos modos, ardo en deseos de verla. El universo del escritor me sigue fascinando.

Come Back

Regreso de Londres con ocho horas de retraso, las rodillas rotas (no voléis con Flymonarch si superáis el 1'20 de estatura) y el estómago destrozado (no se os ocurra comer en St . John 's). Frieze no tiene nada que ver con Arco. Está a años luz. Allí uno tiene la sensación de estar viendo el arte en tiempo real. Además, es abarcable. Es un buen espejo para mirarse. Yo salí con la sensación de que todavía hay cosas interesantes en el mundo del arte. No tuve (al menos no demasiado) ese déjà vu que me asalta todos los años en Arco. Luego, en la Tate pude ver la intervención de Doris Salcedo en la Sala de Turbinas. Sencillamente impresionante. Doris Salcedo es una de las artistas más serias del panorama actual, y lo que ha hecho allí (una serie de grietas en el suelo) me ha sorprendido muy gratamente. Todo lo contrario de la expo de Mathew Barney en la Serpentine Gallery , decepcionante a más no poder. Aunque apenas he tenido tiempo de ver nada, sí he podido sacar unos m

Frieze

Salgo hacia Londres con la intención de ver Frieze, el ARCO inglés (eso sí, con algo más de glamour y conciencia real de lo que es el mundo del arte). Pero lo importante es que, por primera vez en mucho tiempo, me dejo el ordenador en casa. Son sólo tres días, pero aún así es algo inaudito. Como diría Andrés Montes, algo está cambiando Salinas. Ya me reservo para la vuelta eso de ¡la vida puede ser maravillosa! PD. Me llevo como equipaje de mano La vida privada de Martin Frost , el guion con el que dicen que Paul Auster ha dado el patinazo del siglo. Ya veremos. ---

Hace tiempo que me fui

Hace tiempo que me fui. A veces regreso a buscarme. Entro a mi casa, me siento frente a mi mesa, copulo con mi mujer. Pero al mirarme al espejo, compruebo que hace tiempo que me fui. ---

En condiciones

Termino, como siempre, a la carrera, el texto sobre Mabel Martínez para el Centro Puertas de Castilla. Siete páginas, pero me hubiese gustado escribir más. Y sobre todo, mejor. Mabel es amiga, y además su obra me parece interesante. Pero, como siempre ocurre en estos casos, uno va con la lengua fuera y no puede hacer nada en condiciones. Al menos en las condiciones ideales de trabajo. Ya me voy acostumbrando (qué remedio) a este sistema, pero también tengo gana algún día de disponer del tiempo (sobre todo psíquico, de concentración) suficiente. Pienso a veces ingenuamente en cometer un delito y que me encarcelen. Allí, una vez acostumbrado a la sodomización, podría escribir con tranquilidad. ---

Series de poderes

Entre texto y texto, mientras tomaba algo de aire para recuperarme, ayer acabé de ver la primera temporada de Héroes . Esta noche me pondré al día con la nueva, que ya lleva tres capítulos. Creo que lo he dicho en más de una ocasión: las series son uno de los lugares en los que la narrativa visual puede transformarse para sobrevivir . Perdidos , Prison Break o Héroes han sido (y siguen siendo) tres interesantes experiencias en este sentido. Es lo único que veo en la tele . Perdón, lo único de la tele que veo, porque lo visiono en el ordenador, calentito de Internet. La pantalla de la tele se ha quedado para el telediario, y a veces ni eso. Con Héroes ha vuelto ha salir mi lado infantil y soñador. Y por las noches vuelvo a soñar que vuelo y que tengo poderes extraordinarios. Invisibilidad, telequinesia , parar el tiempo... nunca sé qué elegir. La invisibilidad me haría cumplir mi sueño de voyeur fisgón, y ver las intimidades de los demás. Lo de parar el tiempo siempre me ha fasci

La extimidad del abismo

Exploradores del abismo es un libro de Enrique Vila-Matas. Decir esto, ciertamente, no es mucho. O quizá sí, según se mire. Y es que un buen número de críticas y comentarios recientes parecen situar este retorno del autor catalán al cuento como una suerte de brecha en el coherente y compacto ciclo narrativo de compuesto por sus últimas obras. Sin embargo, como el propio Vila-Matas afirma, este es, si no su libro más genuino, sí al menos uno de los más vilamatianos. A mi modo de ver, más que como una ruptura, Exploradores del abismo puede ser entendido como una vuelta de tuerca más al largo y profundo proceso de deconstrucción efectuado por Vila-Matas en la ficción contemporánea. Una vuelta de tuerca operada ahora desde el cuento, si bien no creo que podamos hablar de un regreso sin más a este género. La clave es que Vila-Matas no vuelve al cuento, sino que el cuento vuelve a Vila-Matas. A Vila-Matas en tanto que autor en sentido barthesiano, es decir, como productor de discursividad.

Gente vil

El presidente de cierta universidad ha vuelto a hacer de las suyas. De nuevo, y como siempre, de modo rastrero y vil, ha herido a mis amigos. Lleva tiempo haciéndolo. No contento con echarlos de la universidad, los persigue allá donde van, con la única intención de hundirlos y machacarlos. Una actitud digna de un indeseable, de alguien que, aparte de perder el juicio, ha perdido todo sentido de la moralidad y de la ética. La actitud de un ser malvado. Persecución y venganza parecen ser los únicos términos que entiende. Curiosa versión de la caridad cristiana y del perdón que tanto predica. Al volver a saber de esto, inmediatamente he tenido que escribir esta microficción: "El domador descorrió el velo y mostró la bestia a los asistentes. Damas y caballeros, amigos y enemigos, he aquí un hombre malvado. Contémplenlo y absténganse de escupir en su rostro. No merece nuestra saliva". ---

Novela

Llevo unos días de aupa, de un lado para otro, cargando con las agujetas esgrimeras y acabando textos a la carrera, sin apenas tiempo ni para decir lo saturado que estoy. Esta noche, hablando sobre la necesidad de escribir a deshoras para llegar a cumplir plazos, el maestro Shushi de anguila me ha comentado que Idefonso Falcones, el autor de La catedral del mar , escribió su novela levantándose todos los días una hora antes. Robando horas al día. Así salió, es lo primero que he pensado. Pero luego de camino a casa me ha ido surgiendo el gusanillo y he tomado una determinación para emprender mi novela , que la voy posponiendo día tras día. He pensado que la única manera de obligarme es ir publicándola online, capítulo a capítulo, o fragmento a fragmento. De esa manera, irá creciendo poco a poco, y también, de modo progresivo, podré ir viendo si va o no por buen camino. Mi problema mayor es la impaciencia. Soy incapaz de emprender proyectos a demasiado largo plazo. Ponerme ahora con una

El noble arte

Vuelve la esgrima. Primer día del nuevo curso. Pedro Merencio, el cubano más rápido a este lado del Segura, nos ha preparado una buena bienvenida: festival de sentadillas y marchares por doquier. Me duelen hasta las pestañas. No estoy para nadie. Los muslos se me caen a trozos. Y los brazos los he perdido a media clase. De hecho, y gracias a la habilidad aprendida de Héroes , escribo ahora con la mente, lo único que aguanta con vida esta noche. No quiero pensar en mañana. Uno de mis más ilustres comentaristas decía que esperaba que, a pesar del colapso de trabajo de estos meses, supiera decidir bien entre la pluma y la espada. Y la verdad es que, por mucha saturación que tenga, no pienso desistir del noble arte del hierro. Sé que nunca llegaré demasiado lejos. Pero, por primera vez en mi vida, no me importa lo más mínimo. Y es que -lo he escrito ya más de una vez- pocas cosas me divierten tanto como la esgrima. Concentración, intuición, simulación, seducción... empuñar la espada te con